La ansiedad es una emoción normal que nos ayuda a afrontar situaciones de peligro, estrés o incertidumbre. Sin embargo, cuando se vuelve excesiva, frecuente o desproporcionada, puede convertirse en un trastorno que afecta negativamente a nuestra salud física y mental.
Según la Organización Mundial de la Salud, los trastornos de ansiedad son los más comunes entre las enfermedades mentales, afectando a más de 260 millones de personas en el mundo. Además, se estima que su prevalencia ha aumentado en un 25,6% en el año 2020, debido principalmente a la pandemia de COVID-19.
Aunque, de acuerdo a una revisión de 177 estudios que analizaron a personas en países de altos ingresos, los niveles de ansiedad fueron disminuyendo a medida que la pandemia evolucionaba, alcanzando ahora niveles prepandémicos.
No obstante, la ansiedad ya venía creciendo antes de que estallara la pandemia. Por ejemplo, según datos del Reino Unido, los casos de trastorno de ansiedad generalizada se incrementaron en personas de 18 a 44 años entre 2014 y 2018, siendo las mujeres y los jóvenes los más afectados.
Mientras que, en Estados Unidos, los adultos de 18 a 49 años reportaron más sentimientos de ansiedad, pasando del 5,1 por ciento en 2008 al 6,7 por ciento en 2018, con un mayor aumento en los más jóvenes.
Y es que, de acuerdo a los expertos, la pandemia no es la única causa de este incremento. Algunos estudios sugieren que los niveles de ansiedad ya venían subiendo en algunos países antes de que el coronavirus irrumpiera en nuestras vidas. ¿Qué factores explican esta tendencia?
¿Por qué la ansiedad ha aumentado tanto en los últimos 10 años?
Una posible respuesta es que las personas son más conscientes de su salud mental y buscan más apoyo profesional o social cuando se sienten ansiosas. Sin embargo, esta hipótesis no parece suficiente, ya que la evidencia indica que el estigma sobre los problemas de salud mental no ha disminuido significativamente en los últimos años.
Otra explicación es que vivimos en una sociedad cada vez más compleja, competitiva y exigente, que nos somete a múltiples presiones y demandas. El ritmo acelerado de la vida moderna, la inestabilidad económica y política, la sobreinformación, la exposición a las redes sociales, el cambio climático o la violencia son algunos de los factores que pueden generar estrés crónico y ansiedad.
Además, se ha observado que la ansiedad afecta más a ciertos grupos de población, como las mujeres, los jóvenes, las personas con bajos ingresos o las minorías étnicas. Estos colectivos suelen enfrentarse a mayores dificultades, discriminaciones o desigualdades, que pueden mermar su autoestima, su seguridad o su bienestar.
También sabemos que el tipo de ansiedad que ha crecido notablemente en los últimos años es el que se da por situaciones puntuales y temporales, que pueden tener que ver con presiones económicas y políticas. En cambio, el tipo de ansiedad severa y persistente que suele empezar en la infancia y que tiene más que ver con factores biológicos no ha aumentado tanto.
Las personas ahora están más dispuestas a buscar apoyo
De acuerdo a los expertos, otra posible explicación respecto al incremento de los casos diagnosticados de ansiedad en la última década podría tener que ver con el hecho de que las campañas que promueven el diálogo sobre la salud mental pueden motivar a las personas a pedir ayuda.
No obstante, aunque el estigma sobre los problemas de salud mental se redujo hasta comienzos del siglo XXI, hay indicios de que esta evolución se ha detenido.
¿Cuáles son las tasas globales de ansiedad?
Lo más curioso es que el aumento de la ansiedad no es global, lo que significa que los casos no se han incrementado por igual en todos los países. El proyecto Global Burden of Disease recopiló datos en 2022 sobre los trastornos de ansiedad en 204 países del mundo.
El estudio encontró que Portugal fue el país con más casos, con 8671 por cada 100.000 habitantes, seguido de cerca por Brasil, Irán y Nueva Zelanda.
Las regiones con más ansiedad fueron Europa y las Américas, mientras que las que tuvieron menos fueron África y Asia. El estudio indica que este incremento en los países más ricos podría estar relacionado con varios factores, como la alimentación, el sedentarismo y el individualismo.
La ansiedad es un fenómeno complejo, que puede tener múltiples causas, manifestaciones y consecuencias. Por eso, es importante conocerla, comprenderla y aceptarla, sin dejar que nos domine ni nos limite. Así podremos vivir con más tranquilidad, confianza y felicidad.
Referencias:
- Ahmed N, Barnett P, Greenburgh A, et al. Mental health in Europe during the COVID-19 pandemic: a systematic review. Lancet Psychiatry. 2023;10(7):537-556. doi:10.1016/S2215-0366(23)00113-X
- Goodwin RD, Weinberger AH, Kim JH, Wu M, Galea S. Trends in anxiety among adults in the United States, 2008-2018: Rapid increases among young adults. J Psychiatr Res. 2020;130:441-446. doi:10.1016/j.jpsychires.2020.08.014
- Javaid, S.F., Hashim, I.J., Hashim, M.J. et al. Epidemiology of anxiety disorders: global burden and sociodemographic associations. Middle East Curr Psychiatry 30, 44 (2023).
