El sarampión es una enfermedad vírica muy contagiosa que puede provocar complicaciones graves e incluso la muerte. Aunque existe una vacuna segura y efectiva para prevenir el sarampión, hay personas que se niegan a vacunarse o a vacunar a sus hijos, poniendo en riesgo la salud pública.
Este es el caso de lo que está ocurriendo en Florida, donde un brote de sarampión ha afectado a 10 casos, la mayoría vinculados a una escuela primaria con casi tres docenas de estudiantes no vacunados.
¿Qué es el sarampión y cómo se previene con la vacuna?
El sarampión es una enfermedad causada por un virus que se transmite por el aire cuando una persona infectada respira, tose o estornuda. Los síntomas del sarampión incluyen fiebre, tos, secreción nasal, ojos rojos y erupción cutánea. El sarampión puede causar complicaciones graves, como neumonía, encefalitis (inflamación del cerebro), convulsiones, discapacidad intelectual y muerte. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sarampión fue responsable de 207.500 muertes en 2019, la mayoría de ellas en niños menores de cinco años.
La vacuna contra el sarampión es la mejor forma de protegerse y evitar la transmisión del virus. La vacuna se administra en dos dosis, la primera entre los 12 y los 15 meses de edad, y la segunda entre los 4 y los 6 años de edad. La vacuna es segura y efectiva, y tiene pocos efectos secundarios, como dolor, enrojecimiento o hinchazón en el lugar de la inyección.
La vacuna contra el sarampión se suele combinar con las vacunas contra la rubéola y las paperas, formando la vacuna triple vírica (MMR, por sus siglas en inglés). La OMS recomienda que al menos el 95% de la población esté vacunada para lograr la inmunidad colectiva, es decir, la protección indirecta de las personas que no están vacunadas o que no pueden vacunarse por razones médicas.
¿Qué ha ocurrido en Florida con el brote de sarampión?
El brote de sarampión en Florida se detectó a principios de febrero de 2024, cuando se confirmaron seis casos en la escuela primaria Manatee Bay, en el condado de Broward. Los casos estaban relacionados con un viajero internacional que había visitado el estado y que no estaba vacunado. Posteriormente, se confirmaron cuatro casos más en otros condados, elevando el total a 10 casos.
El brote ha encendido las alarmas entre la sociedad y las autoridades, ya que Florida es uno de los estados con las tasas de vacunación más bajas del país. Según cifras estatales, menos del 92% de los niños en jardines de infantes estaban vacunados en 2022, por debajo del objetivo nacional del 95%. Además, Florida es uno de los 15 estados que permiten las exenciones no médicas a la vacunación, es decir, que los padres pueden negarse a vacunar a sus hijos por motivos religiosos o filosóficos.
Las medidas que se han tomado o se deberían tomar para contener el brote de sarampión en Florida han generado un intenso debate, especialmente después de que el cirujano general del estado, Joseph Ladapo, emitiera una carta a los padres de los alumnos, en la que contradecía las normas de salud para los brotes de sarampión.
Ladapo, que fue nombrado por el gobernador Ron DeSantis en 2021, es conocido por su oposición a los mandatos de vacunación y al cierre de escuelas durante la pandemia de COVID-19. Además, también ha sido criticado por difundir desinformación sobre las vacunas contra la COVID-19.
En su carta, Ladapo sugería que los niños no vacunados que hayan estado expuestos al sarampión pueden seguir yendo a la escuela, siempre que no presenten síntomas. Además, no hacía hincapié en la vacunación como medida preventiva, sino que se limitaba a decir que es una opción personal.
¿Qué consecuencias tiene para la salud pública que los niños no vacunados sigan asistiendo a la escuela?
La postura del cirujano general de Florida ha sido duramente criticada por los expertos en salud pública, que la consideran irresponsable y peligrosa. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. recomiendan que los niños no vacunados que hayan estado expuestos al sarampión se mantengan en aislamiento durante 21 días, que es el período máximo de incubación de la enfermedad.
Esto se hace para evitar que el virus se propague entre los niños que no están protegidos, y que puedan contagiar a otras personas vulnerables, como los bebés, los ancianos o los inmunodeprimidos. De acuerdo a los expertos, poner en riesgo la salud de los niños en nombre de la libertad es una locura, ya que el sarampión es una enfermedad muy seria que puede causar daño cerebral o la muerte.
La situación en la escuela primaria Manatee Bay refleja el riesgo de que los niños no vacunados sigan asistiendo a la escuela. Según las autoridades escolares, de los 1.100 estudiantes que hay en el centro, 35 no están vacunados, y de ellos, 18 tienen exenciones no médicas. Aunque no se ha revelado si los niños afectados por el brote estaban vacunados o no, la situación ha provocado una disminución en la asistencia escolar.
El martes 22 de febrero, 219 estudiantes no asistieron a clases en persona, y aunque algunos han regresado, 159 permanecen en casa. La respuesta de las autoridades de salud a este brote ha sido crucial, y los expertos han instado a una acción rápida y decisiva para contener la propagación del virus. El Departamento de Salud de Florida ha ofrecido vacunas gratuitas a los estudiantes, los padres y el personal de la escuela, y ha realizado un seguimiento de los contactos de los casos confirmados. También ha recomendado a las personas que hayan estado expuestas al sarampión que se hagan una prueba de sangre para comprobar su inmunidad.
¿Qué motivos puede tener el cirujano general de Florida para ir en contra de las normas de salud establecidas para el sarampión?
La postura del cirujano general de Florida, Joseph Ladapo, contrasta con la de otros expertos en salud pública, y con las evidencias científicas disponibles sobre el sarampión y la vacunación. ¿Qué motivos puede tener para ir en contra de las normas de salud establecidas para el sarampión?
Una posible explicación es que Ladapo está alineado con la ideología del gobernador Ron DeSantis, que ha defendido la libertad individual frente a las restricciones sanitarias durante la pandemia de COVID-19. DeSantis ha prohibido los mandatos de vacunación y el uso de mascarillas en las escuelas, y ha desafiado las medidas del gobierno federal.
Ladapo ha apoyado las políticas de DeSantis, y ha afirmado que la vacunación no es la única forma de combatir la COVID-19, y que hay que tener en cuenta los costes sociales y económicos de las restricciones sanitarias.
Otra posible explicación es que Ladapo tiene una visión sesgada o errónea de la ciencia, y que no reconoce la validez de los estudios que demuestran la seguridad y la eficacia de las vacunas.
Ladapo ha publicado varios artículos en los que cuestiona la evidencia científica sobre temas como el cambio climático, el colesterol, el tabaquismo o el uso de hidroxicloroquina para tratar la COVID-19. Algunos de estos artículos han sido criticados por otros científicos, que los han acusado de ser poco rigurosos, tendenciosos o engañosos.
¿Qué argumentos se esgrimen a favor y en contra de las exenciones no médicas a la vacunación?
Las exenciones no médicas a la vacunación son aquellas que permiten a los padres negarse a vacunar a sus hijos por motivos religiosos o filosóficos, sin que haya una razón médica que lo justifique. Estas exenciones son controvertidas, ya que plantean un dilema entre el derecho individual y el bien común.
Los que están a favor de las exenciones no médicas argumentan que la vacunación es una decisión personal, que debe respetarse la libertad de conciencia y de religión, y que las vacunas pueden tener efectos adversos o contradecir las creencias de algunos grupos.
Los que están en contra de las exenciones no médicas sostienen que la vacunación es una responsabilidad social, que debe prevalecer el interés público sobre el privado, y que las vacunas son seguras y beneficiosas para la salud de todos.
La situación de las exenciones no médicas varía según el estado o el país. En EE. UU., solo cinco estados (California, Maine, Misisipi, Nueva York y Virginia Occidental) no permiten las exenciones no médicas, mientras que el resto las aceptan con diferentes requisitos.
En España, no hay exenciones no médicas, ya que la vacunación no es obligatoria, sino voluntaria, aunque se recomienda seguir el calendario oficial. Sin embargo, hay casos en los que los padres se niegan a vacunar a sus hijos, y pueden enfrentarse a sanciones administrativas o judiciales si se considera que ponen en riesgo la salud pública o el bienestar del menor.
La situación de las exenciones no médicas influye en las tasas de vacunación y en la inmunidad colectiva. Según un estudio de 2016, los estados que permiten las exenciones no médicas tienen tasas de vacunación más bajas y más brotes de enfermedades prevenibles que los que no las permiten.
Como vemos, el brote de sarampión en Florida es un ejemplo de cómo la falta de vacunación puede poner en peligro la salud pública, y de cómo la postura de algunos responsables políticos puede agravar la situación. La vacunación es una medida preventiva que nos protege a nosotros y a los demás, y que requiere de la colaboración y la responsabilidad de todos. Por eso, es importante informarse, vacunarse y participar en la promoción de la vacunación, para evitar que enfermedades como el sarampión vuelvan a ser una amenaza.