Los bebés de las madres que se contagian de COVID-19 en el embarazo tienen más problemas respiratorios al nacer, según un estudio

Qué le pasa al bebé si la madre tiene COVID-19 durante el embarazo Qué le pasa al bebé si la madre tiene COVID-19 durante el embarazo
¿Qué le pasa al bebé si la madre tiene COVID-19 durante el embarazo? Foto: Istock

Un estudio reciente revela que los bebés cuyas madres tuvieron COVID-19 durante el embarazo tienen más riesgo de sufrir problemas respiratorios y una menor oxigenación al nacer. Los investigadores también exploran los posibles mecanismos de la transmisión vertical del virus y las medidas de prevención y seguimiento que se deberían adoptar.

La COVID-19 es una enfermedad que afecta no solo a las personas que se contagian, sino también a sus hijos e hijas. Un nuevo estudio publicado en la revista Nature Communications ha encontrado que los bebés nacidos de madres que tuvieron COVID-19 durante el embarazo tienen tres veces más riesgo de desarrollar síndrome de dificultad respiratoria que los bebés cuyas madres no contrajeron la enfermedad, incluso si los bebés no se infectaron ellos mismos.

Una complicación seria y potencialmente letal que puede llevar a los bebés a ingresar en cuidados intensivos, donde necesitan más oxígeno o incluso un respirador, es el síndrome de dificultad respiratoria. Este síndrome se da más frecuentemente en bebés que nacen antes de tiempo y cuyos pulmones no se han desarrollado del todo. Los bebés que padecen este síndrome tienen una respiración acelerada y dificultosa. También pueden presentar un tono azulado en la piel, las fosas nasales abiertas y sonidos de gemido al respirar.

Los bebés que sufrieron dificultad respiratoria en el estudio estuvieron enfermos durante unos 24 días de media. Aunque ninguno falleció, y los investigadores les hicieron un seguimiento durante seis meses, no se sabe si tuvieron algún problema a largo plazo.

En el estudio participaron 221 madres (y 227 fetos expuestos). De las mamás, el 68% no se habían vacunado antes de infectarse. Todos los bebés que formaron parte del estudio nacieron a su debido tiempo. El 17% de los 199 bebés que estuvieron expuestos a la COVID-19 en el útero tuvieron dificultad respiratoria, una cifra muy por encima del 5-6% de los bebés que normalmente tienen dificultad respiratoria en la población general antes de la pandemia.

Los investigadores también hallaron más casos de dificultad respiratoria en edades más avanzadas de lo esperado en los bebés, cuando sus pulmones ya deberían haberse desarrollado lo suficiente como para reducir su riesgo. El 21% de los bebés con dificultad respiratoria nacieron de madres que padecieron COVID-19 severo, mientras que solo el 6% de los bebés sin dificultad respiratoria se vieron expuestos a la COVID-19 severa.

Los posibles mecanismos de la transmisión vertical

Los investigadores sugieren que el virus podría cruzar la placenta y causar una inflamación en el feto, o que el estrés materno y la falta de oxígeno podrían afectar al desarrollo fetal.

Los autores del estudio sugieren que la exposición al COVID-19 en el útero podría provocar una “cascada inflamatoria” en los bebés que afectaría a su respiración. La COVID-19 podría causar una inflamación placentaria que alteraría el desarrollo pulmonar fetal y la transferencia de oxígeno, así como una inflamación sistémica en los bebés que dañaría sus pulmones después del nacimiento.

La buena noticia es que la vacunación de las madres confirió una protección significativa a sus bebés, según los investigadores. Los bebés cuyas madres recibieron al menos una dosis de una vacuna de ARNm tuvieron un 67% menos de probabilidades de experimentar dificultades respiratorias graves que los bebés cuyas madres no estaban vacunadas.

Pocas mujeres embarazadas en el estudio, que involucró a bebés nacidos entre abril de 2020 y agosto de 2022, recibieron dos dosis de una vacuna COVID-19 antes de dar a luz. Dada la evidencia de otros estudios que muestran los beneficios de la vacunación en las personas embarazadas y los bebés, los autores del nuevo artículo dicen que dos dosis o más probablemente proporcionen una mejor protección contra la dificultad respiratoria neonatal.

El estudio es uno de los primeros en examinar el impacto de la COVID-19 en los bebés a largo plazo, y sus hallazgos son consistentes con otros informes que han mostrado un mayor riesgo de complicaciones respiratorias en los recién nacidos expuestos a la COVID-19. Los expertos recomiendan que las personas embarazadas se vacunen contra la COVID-19 para protegerse a sí mismas y a sus bebés, y que sigan las medidas de prevención como el uso de mascarillas, el lavado de manos y el distanciamiento social.

¿Qué se puede hacer para proteger a los bebés y a las madres?

Ante la evidencia de que el COVID-19 puede tener efectos adversos en los bebés expuestos en el útero, los autores del estudio recomiendan que se adopten medidas de prevención y seguimiento para proteger la salud de las madres y de los recién nacidos.

En primer lugar, aconsejan que las mujeres embarazadas se vacunen contra el COVID-19, ya que la vacuna es segura y eficaz tanto para ellas como para sus bebés. Según los datos disponibles, la vacuna no aumenta el riesgo de aborto, parto prematuro, malformaciones o complicaciones neonatales. Además, la vacuna podría conferir una protección inmunológica al feto, lo que podría reducir el riesgo de infección y de problemas respiratorios.

En segundo lugar, sugieren que los bebés expuestos a la COVID-19 en el útero se sometan a un control neonatal exhaustivo, que incluya una evaluación clínica, una medición de la saturación de oxígeno, una prueba de anticuerpos y una ecografía cardiaca. Estas pruebas permitirían detectar posibles anomalías o secuelas de la COVID-19 y ofrecer un tratamiento adecuado.

Por último, advierten que se necesitan más estudios para evaluar los efectos a largo plazo del COVID-19 en los niños que se expusieron en el útero. Algunos expertos temen que estos niños puedan tener un mayor riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias, cardiovasculares, neurológicas o metabólicas en el futuro. Por ello, se recomienda un seguimiento periódico de estos niños hasta la edad adulta.

La COVID-19 es una enfermedad que sigue planteando muchos interrogantes y desafíos. Entre ellos, el de cómo afecta a los bebés que se contagian en el útero. Aunque los datos disponibles son limitados y no concluyentes, sugieren que estos bebés podrían tener más problemas respiratorios y una menor oxigenación al nacer que los no expuestos. Por eso, es importante que las mujeres embarazadas se vacunen, que los bebés expuestos se controlen y que se investiguen los posibles efectos a largo plazo de la COVID-19 en estos niños.

Según los estudios existentes hasta el momento, las embarazadas que se contagian de COVID-19 tienen más posibilidades de que sus bebés nazcan antes de tiempo y requieran atención especializada. Además, los estudios indican que el COVID en la madre puede elevar el riesgo de que los niños tengan problemas neurológicos como el autismo.

Referencias:

  • Man, O.M., Azamor, T., Cambou, M.C. et al. Respiratory distress in SARS-CoV-2 exposed uninfected neonates followed in the COVID Outcomes in Mother-Infant Pairs (COMP) Study. Nat Commun 15, 399 (2024). https://doi.org/10.1038/s41467-023-44549-5
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