Johannes Gutenberg, el genio olvidado: cómo revolucionó el mundo con la imprenta

Johannes Gutenberg Johannes Gutenberg
Johannes Gutenberg. Créditos: Wikimedia Commons

Johannes Gutenberg es uno de los personajes más influyentes de la historia, pero también uno de los más desconocidos. Su invento de la imprenta con tipos móviles de metal cambió para siempre la forma de transmitir el conocimiento, la cultura y la religión. Sin embargo, su vida estuvo llena de dificultades, obstáculos y secretos. ¿Quién fue realmente Gutenberg y cómo llegó a inventar la imprenta?

Los orígenes de Gutenberg

Johannes Gutenberg nació en Mainz, Alemania, alrededor del año 1400, en el seno de una familia de comerciantes y artesanos. Su padre, Friele Gensfleisch, era un orfebre que trabajaba con metales preciosos. Su madre, Else Wyrich, era la hija de un comerciante de telas. Gutenberg tenía dos hermanos, Friele y Jacob.

Desde pequeño, Gutenberg mostró un gran interés por el arte y la tecnología. Aprendió a leer y a escribir, y se familiarizó con el trabajo de su padre. También se interesó por la astronomía, la geografía y la medicina. Se dice que era un niño curioso, inteligente y creativo.

Gutenberg vivió en una época de grandes cambios sociales, políticos y religiosos. El siglo XV fue el inicio del Renacimiento, un movimiento cultural que buscaba recuperar el legado de la antigüedad clásica y fomentar el desarrollo de las artes y las ciencias. También fue el escenario de la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra, y de las luchas entre el Papa y el Emperador por el control de Europa.

En este contexto, Gutenberg tuvo que enfrentarse a varios desafíos que marcaron su vida. El primero fue la peste negra, una epidemia que azotó Europa entre 1347 y 1351, y que se cobró la vida de millones de personas, incluyendo a su madre. El segundo fue la rebelión de los gremios de Mainz contra el arzobispo Adolfo II, que provocó el exilio de Gutenberg y su familia en 1428. El tercero fue la invención de la imprenta, que le supuso una gran inversión, una dura competencia y varios pleitos.

El sueño de Gutenberg

Gutenberg tenía un sueño: crear un sistema que permitiera reproducir libros de forma rápida, barata y masiva. Hasta entonces, los libros se copiaban a mano por los monjes en los scriptoria de los monasterios, o por los copistas profesionales en las ciudades. Este proceso era muy lento, costoso y propenso a los errores. Además, los libros eran escasos, caros y solo accesibles para la élite.

Gutenberg se inspiró en dos inventos anteriores: el papel y la xilografía. El papel fue inventado en China alrededor del siglo II a. C., y llegó a Europa a través de los árabes en el siglo XII. El papel era más barato y ligero que el pergamino, el material que se usaba antes para escribir. La xilografía fue también inventada en China alrededor del siglo VII, y consistía en tallar un texto o una imagen en una plancha de madera, entintarla y presionarla sobre el papel. La xilografía se usaba para imprimir imágenes religiosas, calendarios, naipes y carteles.

Pero nuestro protagonista quiso mejorar la xilografía, creando un sistema de tipos móviles de metal, es decir, piezas individuales con cada letra o signo, que se podían componer para formar palabras, líneas y páginas. Estos tipos se entintaban y se presionaban sobre el papel con una prensa de tornillo, similar a las que se usaban para exprimir uvas o aceitunas. De esta forma, se podían imprimir varias copias de un mismo texto, y reutilizar los tipos para imprimir otros textos.

Gutenberg tuvo que resolver varios problemas técnicos para lograr su invento. El primero fue el diseño de los tipos, que debían ser uniformes, legibles y resistentes. Gutenberg se basó en la caligrafía gótica, el estilo de escritura más usado en Europa en esa época, y creó unos 290 tipos diferentes, incluyendo letras mayúsculas, minúsculas, números, signos de puntuación y abreviaturas.

El segundo fue la fabricación de los tipos, que requería una gran precisión y habilidad. Gutenberg ideó un método para fundir los tipos en moldes de metal, usando una aleación de plomo, estaño y antimonio. El tercero fue la composición de los tipos, que debía ser rápida y ordenada. Gutenberg inventó una caja con compartimentos para cada tipo, y una regla con clavijas para alinear los tipos. El cuarto fue la impresión de los tipos, que debía ser firme y uniforme. Consiguió adaptar una prensa de tornillo, y creó una tinta especial a base de aceite y pigmentos, que se adhería mejor al metal que al papel.

La obra de Gutenberg

Gutenberg dedicó más de una década a perfeccionar su sistema de impresión, y se asoció con varios colaboradores para financiar y realizar su proyecto. Entre ellos, destacan Johann Fust, un rico prestamista que le prestó dinero a cambio de una participación en el negocio, y Peter Schöffer, un experto copista que se encargó de la corrección y el acabado de los libros.

La obra más famosa y ambiciosa de Gutenberg fue la Biblia de 42 líneas, llamada así por el número de líneas que tenía cada página. Se trata de la primera Biblia impresa en Occidente, y una de las primeras obras impresas con tipos móviles. Gutenberg imprimió unas 180 copias de la Biblia entre 1452 y 1455, de las cuales unas 50 se conservan hoy en día. Cada Biblia tenía unas 1.300 páginas, y medía unos 40 x 30 cm.

El texto estaba en latín, y seguía la versión de la Vulgata, la traducción oficial de la Iglesia católica. El texto estaba impreso en dos columnas, con letras negras sobre fondo blanco, y con espacios en blanco para que los iluminadores añadieran las iniciales, los adornos y las miniaturas. El papel era de alta calidad, y algunas copias se hicieron en pergamino. El resultado fue una obra de gran belleza y valor, que se asemejaba a los manuscritos medievales, pero con una mayor claridad y uniformidad.

La Biblia de Gutenberg fue un éxito comercial y cultural, y se distribuyó por toda Europa. Sin embargo, Gutenberg no pudo disfrutar de su triunfo, ya que tuvo que enfrentarse a varios problemas. El primero fue la competencia de otros impresores, que copiaron su sistema y lo mejoraron. El segundo fue la demanda de Fust, que le reclamó el pago de sus préstamos, y que le ganó el juicio en 1455. Fust se quedó con el taller, los materiales y las copias de la Biblia de Gutenberg, y se asoció con Schöffer para seguir con el negocio. El tercero fue la falta de reconocimiento, ya que Gutenberg no firmó ni fechó sus obras, y su nombre se mantuvo en el anonimato hasta el siglo XVI.

Gutenberg murió en 1468, pobre y olvidado, pero su legado perduró. Su invento de la imprenta fue uno de los más importantes de la historia, ya que facilitó la difusión del conocimiento, la cultura y la religión, y contribuyó al desarrollo del humanismo, la reforma protestante, la ciencia moderna y la educación. Gutenberg fue reconocido como el padre de la imprenta, y como uno de los genios de la humanidad.

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