El Domingo Sangriento de San Petersburgo: el día que cambió la historia de Rusia

¿Cómo un día de protesta pacífica se convirtió en una masacre que desencadenó la Revolución Rusa de 1905?
Domingo Sangriento de 1905 Domingo Sangriento de 1905
Domingo sangriento de 1905 por Wojciech Kossak

El 22 de enero de 1905 fue un día trágico y decisivo para la historia de Rusia. Ese día, miles de trabajadores se dirigieron pacíficamente al Palacio de Invierno, la residencia del zar Nicolás II, para entregarle una petición en la que reclamaban mejores condiciones de vida y de trabajo, así como reformas políticas y sociales.

Sin embargo, lo que esperaban que fuera una manifestación pacífica y una audiencia con el zar, se convirtió en una masacre. La Guardia Imperial rusa abrió fuego contra la multitud desarmada, causando cientos de muertos y heridos. Este hecho, conocido como el Domingo Sangriento o el Domingo Rojo, fue el detonante de la Revolución Rusa de 1905, que sacudió los cimientos del régimen zarista y marcó el inicio de un proceso revolucionario que culminaría en 1917 con la caída de la monarquía y el triunfo de los bolcheviques.

¿Qué causó el Domingo Sangriento?

El Domingo Sangriento fue el resultado de una serie de factores que se habían acumulado durante décadas en la sociedad rusa. Por un lado, el régimen zarista era una autocracia absoluta, que no toleraba ninguna forma de oposición política ni de participación popular. El zar era el único que tenía el poder de legislar, de nombrar a los funcionarios y de controlar el ejército y la iglesia. El pueblo ruso no tenía ningún derecho ni representación, y estaba sometido a la arbitrariedad y la corrupción de las autoridades.

Por otro lado, la economía rusa estaba atrasada y dependiente de la agricultura. La mayoría de la población era campesina, que vivía en condiciones de pobreza y explotación. Los campesinos no eran dueños de la tierra que cultivaban, sino que debían pagar unos impuestos elevados y unas rentas abusivas a los terratenientes.

Además, sufrían periódicamente hambrunas, epidemias y represiones. Muchos campesinos emigraron a las ciudades, donde se convirtieron en obreros industriales.

Sin embargo, su situación no mejoró, sino que se encontraron con unas condiciones de trabajo inhumanas, con jornadas de hasta 14 horas, salarios miserables, falta de seguridad e higiene, y ausencia de derechos laborales y sindicales.

Además, la política exterior del zarismo fue desastrosa. Rusia se involucró en varias guerras, como la guerra ruso-turca de 1877-1878, la guerra ruso-japonesa de 1904-1905 y la Primera Guerra Mundial, que le supusieron grandes pérdidas humanas y económicas, y que evidenciaron su debilidad militar y diplomática.

Estas guerras también provocaron un descontento social, ya que los soldados eran reclutados forzosamente entre los campesinos y los obreros, que tenían que abandonar sus familias y sus trabajos para ir a luchar en conflictos que no les interesaban ni les beneficiaban.

En este contexto, surgieron diversos movimientos sociales y políticos que cuestionaban el régimen zarista y exigían cambios. Entre ellos, destacaron los socialistas revolucionarios, que defendían una revolución campesina y el reparto de la tierra; los mencheviques, que abogaban por una revolución democrática y burguesa; y los bolcheviques, que proponían una revolución proletaria y socialista.

Estos grupos se organizaron en partidos políticos, en sindicatos, en periódicos y en células clandestinas, y realizaron diversas acciones de protesta, como huelgas, manifestaciones, sabotajes y atentados.

Manifestantes dirigiéndose hacia el Palacio de Invierno
Manifestantes dirigiéndose hacia el Palacio de Invierno. Foto: Wikimedia Commons

¿Qué pasó el Domingo Sangriento?

El Domingo Sangriento fue una de las protestas más importantes y masivas que se realizaron contra el zarismo. Fue organizada por el padre Gueorgui Gapón, un sacerdote ortodoxo que se había convertido en el líder de los trabajadores de San Petersburgo, la capital del imperio.

Gapón había fundado la Asamblea de Obreros Rusos de las Fábricas de San Petersburgo, una organización que pretendía mejorar las condiciones de los trabajadores mediante la negociación con los empresarios y el gobierno. Sin embargo, sus demandas no fueron atendidas, y el 3 de enero de 1905, cuatro obreros de la fábrica Putilov fueron despedidos por pertenecer a la Asamblea. Este hecho provocó una huelga general en la ciudad, que se extendió a otras regiones del país.

Gapón decidió entonces dirigirse directamente al zar, al que consideraba el padre de todos los rusos y el único capaz de resolver los problemas del pueblo. Redactó una petición en la que pedía al zar que concediera una serie de reformas, como la limitación del poder de los funcionarios, la mejora de las condiciones y los horarios de trabajo, la introducción de un salario mínimo, la abolición de la censura, la libertad de expresión, de reunión y de asociación, el sufragio universal y la convocatoria de una asamblea nacional o Duma.

Con la finalidad de encontrar una solución, Gapón convocó a los trabajadores a marchar pacíficamente hacia el Palacio de Invierno el domingo 22 de enero, llevando consigo iconos religiosos y retratos del zar, para demostrar su lealtad y su respeto.

Sin embargo, el zar Nicolás II no se encontraba en el palacio ese día, sino que había ido a pasar el fin de semana a Tsárskoye Seló, una residencia situada a unos 25 kilómetros de San Petersburgo. El zar no tenía intención de recibir a los manifestantes, ni de concederles ninguna de sus demandas. Por el contrario, había ordenado al ejército que reprimiera cualquier intento de protesta.

Así, cuando los trabajadores llegaron al palacio, se encontraron con un cordón de soldados armados que les impedían el paso. Algunos manifestantes intentaron romper el cerco, mientras que otros se arrodillaron y cantaron himnos religiosos. Los soldados abrieron fuego contra la multitud, sin distinción de edad, sexo o condición.

La masacre duró varias horas, y se extendió por las calles adyacentes al palacio. Se estima que entre 439 y 800 personas murieron, y entre 134 y 234 resultaron heridas.

Revolución Rusa de 1905
Soldados a caballo esperan a los manifestantes, ubicados frente al Palacio de Invierno en San Petersburgo. Foto: Wikimedia Commons

¿Qué consecuencias tuvo?

El Domingo Sangriento fue un acontecimiento que conmocionó a la sociedad rusa y al mundo entero. La imagen del zar, que hasta entonces era venerado por muchos como el padre de los rusos y el representante de Dios en la tierra, se derrumbó. El pueblo ruso se sintió traicionado y humillado por el zar, al que responsabilizó de la matanza.

Y se convirtió en el punto de partida de la Revolución Rusa de 1905, que se caracterizó por una serie de levantamientos populares, huelgas, manifestaciones, motines y actos de violencia que se sucedieron a lo largo de todo el año y de todo el territorio ruso.

Los campesinos se rebelaron contra los terratenientes, quemando sus propiedades y repartiendo sus tierras. Los obreros formaron consejos o soviets, que se encargaron de organizar y coordinar las huelgas y las protestas. Los marineros se amotinaron en el acorazado Potemkin, que se convirtió en un símbolo de la revolución. Los intelectuales, los estudiantes, los profesionales y los comerciantes se unieron a las demandas de los trabajadores y los campesinos, exigiendo una reforma constitucional y política.

El zar Nicolás II se vio obligado a ceder ante la presión popular, y el 17 de octubre de 1905 promulgó el Manifiesto de Octubre, en el que se comprometía a conceder ciertos derechos civiles, como la libertad de expresión, de prensa, de reunión y de asociación, y a legalizar los partidos políticos.

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