Las vacunas son uno de los mayores logros de la medicina, tanto para los humanos como para los animales. Gracias a ellas, se han podido prevenir enfermedades mortales, como la rabia, el moquillo o el parvovirus. Sin embargo, en los últimos años, han surgido movimientos que cuestionan la seguridad y la eficacia de las vacunas, basándose en teorías infundadas, mitos y desinformación.
Estos movimientos no solo afectan a la salud humana, sino también a la de los perros. Según un estudio publicado en la revista Vaccine, casi el 40% de los dueños de perros en Estados Unidos cree que las vacunas caninas no son seguras, y el 37% cree que podrían causar autismo en sus mascotas. Estas creencias, además de carecer de evidencia científica, pueden tener graves consecuencias para la salud pública y animal.
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Boston, se basó en una encuesta a más de 2.200 adultos estadounidenses, de los cuales el 62% tenía perro. Los resultados mostraron que los dueños de perros que desconfiaban de las vacunas humanas también tendían a desconfiar de las vacunas para perros, y viceversa. Así, se observó un “efecto de contagio” entre las actitudes hacia las vacunas humanas y las vacunas para perros.
Los autores del estudio atribuyen este fenómeno a varios factores, como la influencia de los medios de comunicación, las redes sociales y las celebridades, que difunden mensajes antivacunas y conspiraciones sobre la pandemia de COVID-19.
También señalan el papel de la desconfianza hacia las autoridades sanitarias y las empresas farmacéuticas, que se perciben como corruptas o interesadas. Además, apuntan a la falta de educación científica y de comprensión del método científico, que dificulta el discernimiento entre fuentes fiables y falsas.
El estudio también revela que los dueños de perros que rechazan las vacunas suelen tener una visión antropomórfica de sus mascotas, es decir, que les atribuyen características humanas. Así, proyectan sus propios miedos y prejuicios sobre sus perros, y creen que las vacunas pueden causarles los mismos problemas que a los humanos, como el autismo.
Sin embargo, esta es una idea sin fundamento, ya que el autismo es una condición humana, que no se ha diagnosticado ni demostrado en los perros. Si bien es cierto que algunos perros pueden mostrar síntomas parecidos, lo que se conoce como comportamiento disfuncional canino, esto no es una enfermedad reconocida ni está causada por ninguna vacuna.
Los riesgos del rechazo a la vacunación canina
Los investigadores advierten de los riesgos que supone el rechazo a las vacunas para perros, tanto para la salud de los propios animales como para la de las personas. Al no vacunar a los perros, se les expone a enfermedades que pueden ser fatales o dejar secuelas graves.
Además, se pone en peligro la inmunidad colectiva, que es la protección que se logra cuando una proporción suficiente de la población está vacunada, y que evita la transmisión de enfermedades entre especies.
Por ejemplo, la rabia es una enfermedad viral que se transmite por la mordedura de un animal infectado, y que tiene una tasa de mortalidad cercana al 100%. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año mueren unas 59.000 personas por la rabia transmitida por perros.
La vacunación de los perros es la medida más efectiva para prevenir y controlar esta enfermedad, que se considera una amenaza para la salud pública mundial.
Los autores del estudio recomiendan tomar medidas para restaurar la confianza en las vacunas para perros, y para combatir la desinformación y los mitos que las rodean. Entre estas medidas, proponen mejorar la comunicación entre los veterinarios y los dueños de perros, para informarles sobre los beneficios y los riesgos de las vacunas, y para resolver sus dudas y temores.
También sugieren impulsar la educación científica y el pensamiento crítico, para que las personas puedan evaluar la calidad y la veracidad de las fuentes de información.
Las vacunas para perros son un acto de responsabilidad y de amor, que protege la salud y el bienestar de los animales y de las personas. Como señalan los expertos, no hay que dejarse engañar por las teorías antivacunas, que, en este caso —y además—, acaban poniendo en peligro la vida de nuestros mejores amigos.
Referencias:
- Motta M, Motta G, Stecula D. Sick as a dog? The prevalence, politicization, and health policy consequences of canine vaccine hesitancy (CVH). Vaccine. 2023;41(41):5946-5950. doi:10.1016/j.vaccine.2023.08.059
