La inestabilidad climática podría estar distorsionando el vórtice polar, generando episodios de frío extremo

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Cómo el Ártico influye en las olas de frío extremo que sufren Estados Unidos y Europa. Foto: Istock

Las olas de frío extremo son fenómenos meteorológicos que se producen cuando el aire ártico se desplaza hacia latitudes más bajas, provocando temperaturas muy bajas y nevadas intensas en regiones que no están acostumbradas a ellas. Estos eventos pueden tener graves consecuencias para la salud, la agricultura, la infraestructura y la economía de las zonas afectadas.

En los últimos años, se han registrado varias olas de frío extremo que han sorprendido a la población y a los expertos, como la que ha azotado recientemente a gran parte de Estados Unidos, rompiendo récords de bajas temperaturas y causando cortes de electricidad, accidentes de tráfico y muertes por hipotermia. De hecho, decenas de millones de personas se vieron afectadas por temperaturas peligrosamente frías. Otra ola de frío similar afectó a Europa en febrero de 2023, dejando un paisaje blanco y helado en países como España, Francia, Alemania o Reino Unido.

Estos episodios de frío extremo pueden parecer contradictorios con el calentamiento global, que ha provocado que el año 2023 haya sido el más cálido desde que se tienen registros. Sin embargo, los científicos advierten de que el cambio climático no solo implica un aumento de la temperatura media del planeta, sino también una mayor variabilidad y frecuencia de los eventos climáticos extremos, incluyendo las olas de frío.

¿Cómo se relacionan el cambio climático y las olas de frío extremo?

Para entender la conexión entre el cambio climático y las olas de frío extremo, hay que tener en cuenta el papel que juega el vórtice polar estratosférico, una corriente de aire que rodea el Polo Norte en la estratosfera, a unos 10-30 kilómetros de altura. Este vórtice polar actúa como una barrera que impide que el aire frío del Ártico se mezcle con el aire más cálido de las latitudes medias.

Sin embargo, el vórtice polar no es siempre estable y uniforme, sino que puede debilitarse, estirarse o dividirse debido a diversos factores, como las ondas atmosféricas que se originan en las regiones tropicales o las anomalías de temperatura o presión en el Ártico. Cuando esto ocurre, el vórtice polar puede influir en el chorro polar, que es otra corriente de aire que circula en la troposfera, a unos 10 kilómetros de altura, y que separa el aire ártico del aire templado.

El chorro polar suele tener un trazado más o menos horizontal, pero cuando el vórtice polar se altera, puede adoptar una forma más ondulada, creando lo que se conoce como patrones de bloqueo. Estos patrones de bloqueo impiden que el aire circule normalmente, y pueden provocar que el aire frío del Ártico se desplace hacia el sur, generando las olas de frío extremo, o que el aire cálido del sur se desplace hacia el norte, causando olas de calor o deshielo.

El cambio climático, provocado por el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, está afectando al vórtice polar y al chorro polar de varias maneras. Por un lado, el calentamiento global está provocando que el Ártico se caliente más rápido que el resto del planeta, lo que se conoce como amplificación ártica. Esto reduce el contraste de temperatura entre el Ártico y las latitudes medias, lo que debilita el vórtice polar y el chorro polar, haciéndolos más susceptibles de sufrir alteraciones.

Por otro lado, el cambio climático está provocando la reducción del hielo marino y la nieve en el Ártico, lo que altera el balance de energía y humedad de la superficie terrestre. Esto puede afectar a la formación y propagación de las ondas atmosféricas que interactúan con el vórtice polar y el chorro polar, favoreciendo su distorsión.

Además, el cambio climático puede modificar la circulación oceánica y la distribución de las masas de agua, lo que puede tener efectos sobre el clima regional y global. Por ejemplo, se ha sugerido que la ralentización de la corriente del Golfo, que transporta agua cálida desde el trópico hasta el Atlántico Norte, puede estar relacionada con el aumento de la frecuencia e intensidad de las olas de frío en Europa.

¿Por qué el frío extremo no es incompatible con el calentamiento global?

La Tierra ha vivido su año más cálido desde que se tienen registros, y sin embargo, hemos sufrido varias olas de frío extremo. ¿Significa esto que el calentamiento global provocado por las actividades humanas es falso? Como señalan los expertos, en realidad no.

El calentamiento global no se puede confirmar ni negar con un solo evento meteorológico. Hay muchas evidencias que muestran que el calentamiento global está reduciendo la frecuencia de los eventos de frío extremo.

2023 ha sido el año más caluroso
Variaciones diarias de la temperatura del aire en la superficie desde 1940, comparadas con el nivel preindustrial (de 1850 a 1900). Se destaca el año 2023, hasta el 2 de diciembre. Créditos: Copernicus

El calentamiento global no se puede confirmar ni negar con un solo evento meteorológico

¿Qué podemos esperar en el futuro?

Los científicos están tratando de mejorar los modelos climáticos y las observaciones para poder predecir con mayor precisión y antelación las olas de frío extremo y sus posibles impactos. Sin embargo, hay muchas incertidumbres y limitaciones que dificultan esta tarea, como la complejidad de los procesos físicos que intervienen, la escasez de datos en el Ártico o la variabilidad natural del clima.

Según algunos estudios, se espera que el número de olas de frío extremo disminuya en el futuro, debido al aumento general de la temperatura media del planeta. No obstante, otros estudios sugieren que la intensidad de estas olas de frío podría no disminuir, o incluso aumentar, debido a los cambios en el vórtice polar y el chorro polar inducidos por el cambio climático.

Esto implica que, aunque el mundo se esté calentando, las regiones que se ven afectadas por las olas de frío extremo deben seguir preparándose para afrontar estos eventos, que pueden tener consecuencias devastadoras para la sociedad y el medio ambiente. Además, se debe actuar con urgencia para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar el cambio climático, que es la causa última de estos fenómenos extremos.

Referencias:

  • Barlow, M. (2024, enero 17). Extreme cold still happens in a warming world – in fact climate instability may be disrupting the polar vortex. The Conversation.
  • The Guardian. (2024, 15 de enero). Arctic blast continues to sweep entire US setting record-low temperatures. The Guardian
  • The New York Times. (2024, 11 de enero). Tracking Freezing Temperatures in the U.S. The New York Times
  • NOAA. (2021, 5 de marzo). Understanding the Arctic polar vortex. Climate.gov
  • IPCC. (2023). Chapter 11: Weather and Climate Extreme Events in a Changing Climate. En Climate Change 2023: The Physical Science Basis. Contribution of Working Group I to the Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change
  • Climate Reanalyzer. 2023. Daily Sea Surface Temperature.
  • Copernicus Climate Change Service. 2023a. Copernicus: November 2023 – Remarkable year continues, with warmest boreal autumn. 2023 will be warmest year.
  • Copernicus Climate Change Service. 2023b. Record warm November consolidates 2023 as warmest year.
  • Copernicus Climate Change Service. 2023c. We’ve lost 19 years in the battle against global warming since the Paris Agreement.
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