Hallan y recuperan los primeros tesoros del galeón San José, el naufragio más valioso del mundo hundido en 1708 con cientos de vidas y toneladas de oro

El histórico rescate incluye monedas, porcelana y un cañón de bronce, y marca un hito en la exploración científica del legendario barco español frente a las costas de Colombia.
Explosión del galeón San JoséExplosión del galeón San José
Explosión del galeón San José. Ilustración de Samuel Scott. Fuente: Wikimedia

Hace pocos días, el fondo marino frente a Cartagena volvió a entregar una pequeña parte de uno de los tesoros más legendarios de la historia naval: el galeón San José. Más de tres siglos después de su hundimiento, Colombia ha logrado extraer del lecho del Caribe cinco objetos arqueológicos vinculados a este buque de guerra y transporte español, considerado por muchos como el naufragio más valioso del mundo. Estos objetos —tres monedas coloniales, un cañón de bronce y una delicada taza de porcelana— han comenzado ya su proceso de conservación en laboratorios colombianos, abriendo una nueva etapa en la comprensión de este barco que ha alimentado historias de piratas, imperios y batallas navales durante generaciones.

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El hallazgo forma parte de la segunda fase del proyecto estatal Hacia el corazón del galeón San José, liderado por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), la Armada de Colombia, la Dirección General Marítima (DIMAR) y el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes. El objetivo: no es la caza del tesoro, sino la investigación científica y la protección del Patrimonio Cultural Sumergido. La primera fase ya había mapeado el sitio mediante tecnologías no intrusivas. Esta nueva etapa, sin embargo, supone un cambio cualitativo: por primera vez, se han recuperado objetos del lecho marino, a 600 metros de profundidad, para su análisis, estudio y eventual exhibición pública .

El misterio del naufragio más codiciado del Caribe

El San José no es solo una joya arqueológica por su carga —que se estima podría contener hasta 200 toneladas de oro, plata y esmeraldas—, sino también por su historia. Zarpó de Portobelo en 1708 rumbo a Cádiz, cargado con metales preciosos del virreinato del Perú para financiar la participación de España en la Guerra de Sucesión. Pero nunca llegó a su destino. Frente a las costas de Cartagena, fue interceptado por una escuadra británica. En el combate, el galeón explotó y se hundió, llevándose consigo a más de 600 personas y su carga millonaria. Desde entonces, el San José se convirtió en leyenda.

Durante siglos, su ubicación exacta fue un enigma. Fue redescubierto oficialmente en 2015 por el gobierno colombiano, utilizando vehículos operados a distancia. Aunque la localización precisa se mantiene como secreto de Estado por motivos de seguridad y protección del sitio, las imágenes captadas por los robots revelaron monedas, cañones, lingotes y piezas de porcelana en un asombroso estado de conservación.

La recuperación de los objetos no ha sido improvisada ni motivada por fines comerciales. Muy al contrario, los trabajos se han llevado a cabo con extremo rigor técnico y ético.

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Tres monedas de oro rescatadas del galeón San José
Tres monedas de oro rescatadas del galeón San José

Para recolectar las piezas se aplicaron protocolos específicos tanto para justificar la relevancia científica de cada objeto como para garantizar la integridad del contexto arqueológico. Se priorizaron materiales inorgánicos —como metales y porcelana— susceptibles de análisis arqueométricos, es decir, estudios de laboratorio capaces de determinar su composición, procedencia, tecnología de manufactura y cronología .

Una vez extraídos, los objetos pasaron por un proceso de primeros auxilios a bordo del buque ARC Caribe. El cañón, de bronce, fue depositado en un contenedor refrigerado para evitar oxidación por contacto con el aire. Las monedas —macuquinas coloniales— y los fragmentos cerámicos fueron mantenidos en agua marina para prevenir su deterioro. Ahora, ya en tierra firme, se someten a procesos de estabilización controlada en el Laboratorio de Patrimonio Cultural Sumergido del CIOH en Cartagena y en el Museo Nacional en Bogotá.

El proceso incluye la eliminación de sales y cloruros que podrían acelerar su deterioro en superficie, así como estudios químicos y físicos para entender su composición. Estas tareas, lejos de buscar el brillo superficial del tesoro, están orientadas a reconstruir la historia de los objetos: dónde fueron fabricados, qué rutas siguieron, cómo llegaron al galeón y cuál era su función original.

El cañón de bronce, recuperado a 600 metros de profundidad, fue trasladado en condiciones especiales para evitar su deterioro. Es uno de los primeros objetos extraídos del mítico galeón San José
El cañón de bronce recuperado a 600 metros de profundidad fue trasladado en condiciones especiales para evitar su deterioro Es uno de los primeros objetos extraídos del mítico galeón San José

Más allá del oro: una historia compartida

El San José ha sido bautizado con frecuencia como el “Santo Grial de los naufragios”, no solo por su valor económico potencial, sino también por la multiplicidad de actores que reclaman derechos sobre él. España, Colombia, una empresa estadounidense (Sea Search Armada) e incluso comunidades indígenas bolivianas (como la nación Qhara Qhara) han protagonizado disputas legales y diplomáticas sobre la propiedad del cargamento, argumentando que fue extraído de sus tierras por la corona española.

Sin embargo, la posición actual del Estado colombiano es clara: más allá de la disputa económica, el proyecto se concibe como una oportunidad para investigar, conservar y divulgar una parte fundamental del patrimonio compartido.

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En lugar de una “fiebre del oro”, se trata de reescribir con datos científicos una historia de comercio, guerra, colonización y vida cotidiana en los mares coloniales del siglo XVIII.

Los investigadores esperan que estos primeros objetos sean apenas la antesala de futuros hallazgos. Entre los fragmentos recuperados se encuentran también restos de cuerda, madera, concreciones metálicas y sedimentos adheridos que podrían arrojar información sobre las condiciones del hundimiento, el tipo de carga, la disposición interna del barco y, eventualmente, las causas exactas de su hundimiento. Aunque la hipótesis dominante ha sido la explosión durante el combate, nuevas teorías apuntan a daños en el casco como factor determinante.

Una de las delicadas tazas de porcelana rescatadas del fondo del Caribe, testigo silencioso del comercio colonial entre Asia y América en pleno siglo XVIII
Una de las delicadas tazas de porcelana rescatadas del fondo del Caribe testigo silencioso del comercio colonial entre Asia y América en pleno siglo XVIII

Una ventana al pasado en el siglo XXI

El galeón San José no es solo un naufragio: es un archivo sumergido. Cada moneda, cada fragmento cerámico, cada pieza metálica encapsula una historia, no solo del comercio trasatlántico y del sistema imperial español, sino también de las personas anónimas que viajaban a bordo, de las redes globales que conectaban América con Europa y Asia, y de los conflictos geopolíticos que marcaron el inicio del siglo XVIII.

En ese sentido, el proyecto Hacia el corazón del galeón San José marca un hito no solo para Colombia, sino para la arqueología subacuática a nivel mundial. Por primera vez, un país latinoamericano lidera una intervención científica en uno de los naufragios más importantes de la historia, con recursos públicos, tecnología propia y una narrativa centrada en la memoria colectiva más que en el botín.

A medida que avancen las investigaciones, se espera que los resultados sean compartidos en boletines científicos, exposiciones museísticas y publicaciones académicas.

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Y quizás, en un futuro no muy lejano, los visitantes del Museo Nacional de Colombia puedan admirar no solo monedas relucientes o cañones silenciosos, sino también comprender el significado profundo de ese barco hundido: una historia de poder, ambición, violencia… y también de conocimiento.

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