Los satélites fantasma de la Tierra: los asteroides que nos acompañan en el viaje alrededor del Sol

Descubre los satélites cuasi, los asteroides que, debido a sus órbitas peculiares, parecen orbitar la Tierra, aunque en realidad lo hacen alrededor del Sol.
Los satélites cuasi de nuestro planeta Los satélites cuasi de nuestro planeta
Los objetos que orbitan el Sol pero parecen orbitar la Tierra: los satélites cuasi de nuestro planeta. Foto: Istock

La Tierra tiene un único satélite natural: la Luna. Sin embargo, si ampliamos nuestra perspectiva y observamos el sistema solar desde otro punto de vista, podemos descubrir que nuestro planeta no está tan solo como parece. Existen otros objetos que, debido a sus órbitas peculiares, parecen orbitar la Tierra, aunque en realidad lo hacen alrededor del Sol. Son los llamados satélites cuasi o pseudo, o los satélites fantasma de la Tierra.

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Estos objetos son asteroides que tienen órbitas muy similares a las de la Tierra, pero ligeramente más elípticas o inclinadas. Esto hace que, a veces, se acerquen más al Sol y se adelanten a la Tierra, y otras veces se alejen más y se retrasen. Sin embargo, su periodo orbital, es decir, el tiempo que tardan en dar una vuelta alrededor del Sol, es casi idéntico al de la Tierra. Por eso, desde nuestro punto de vista, estos asteroides parecen estar siempre cerca de nuestro planeta, como si fueran satélites.

Un ejemplo de este tipo de objetos es el asteroide 469219 Kamoʻoalewa, que tiene un diámetro de unos 50 metros y un periodo orbital de 1,002 años terrestres, solo 17 horas más que el nuestro. Su órbita es un poco más elíptica que la de la Tierra, y lo lleva a unos 15 millones de kilómetros más cerca o más lejos del Sol que nosotros. Desde la Tierra, Kamoʻoalewa parece moverse como si nos orbitara, aunque en realidad no lo hace.

Existen otros objetos similares a Kamoʻoalewa, cada uno con su propia variación de este comportamiento. Por ejemplo, si un asteroide está lo suficientemente adelantado a la Tierra en su órbita, no llegará a caer detrás de nuestro planeta a pesar de sus cambios de velocidad. Desde nuestro punto de vista, el asteroide parecerá quedarse en una zona del cielo, en lugar de dar vueltas alrededor de la Tierra como la Luna. El asteroide 2020 PP1 es un ejemplo de este tipo de satélites cuasi.

Otro caso curioso es el del asteroide 3753 Cruithne, que tiene un periodo orbital de 364 días, un poco más corto que el de la Tierra. Cruithne tiene una órbita muy elíptica, que lo lleva a unos 75 millones de kilómetros más cerca o más lejos del Sol que nosotros. Su órbita también está bastante inclinada, unos 20 grados respecto a la de la Tierra. A diferencia de los otros asteroides, Cruithne puede estar en el lado opuesto del Sol que la Tierra, pero también puede acercarse a unos 11 millones de kilómetros de nosotros.

Cruithne no parece orbitarnos desde la Tierra, así que no es un satélite cuasi, sino que tiene una órbita aún más extraña: una órbita de herradura. Desde nuestro punto de vista, Cruithne parece moverse por un camino en forma de haba que cambia de posición respecto a la Tierra y el Sol con el tiempo, trazando una herradura borrosa cada 770 años aproximadamente. Además de los siete satélites cuasi conocidos, hay muchos más asteroides con órbitas de herradura cerca de nosotros.

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Estas órbitas no suelen ser estables a largo plazo, ya que las fuerzas gravitatorias de los planetas pueden alterarlas. A veces, las órbitas de herradura pueden transformarse en órbitas cuasi-satélite, y viceversa.

Solo se conocen unos pocos asteroides que actualmente “orbitan” nuestro planeta. Sin embargo, si la órbita de un objeto cambia de forma con el tiempo, puede entrar en una órbita cuasi-satélite o de herradura, convirtiéndose temporalmente en un compañero terrestre.

Los satélites cuasi no son exclusivos de la Tierra: Venus tiene el asteroide 2002 VE68, que orbita el Sol con casi el mismo periodo que el planeta. Apodado Zoozve (por una lectura errónea usada en una etiqueta de un póster del sistema solar), este asteroide ha sido un cuasi-satélite venusiano durante muchos milenios, pero su órbita está cambiando y pronto se alejará de Venus.

Es probable que otros planetas tengan también cuasi-satélites, pero desde nuestra posición en la Tierra son difíciles de detectar. Quizás, con la llegada de telescopios más grandes, podamos encontrar más de estos extraños satélites fantasma.

Pero esta situación muestra, una vez más, que las ideas fijas que tenemos sobre las cosas —qué es un planeta, qué es una luna— son mucho más flexibles de lo que pensamos. En la ciencia, siempre es mejor evitar las definiciones rígidas y permitirse ser flexible en el pensamiento. Como los satélites cuasi, es posible, con el tiempo, cambiar nuestro camino por la vida.

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