Qué debemos saber sobre el nuevo informe de la OMS sobre el origen del SARS-CoV-2: la hipótesis zoonótica sigue siendo la más respaldada

Un nuevo informe de la OMS concluye que, respecto al origen de la pandemia de COVID-19, el salto de un animal al ser humano sigue siendo la hipótesis más probable, pero aún no puede descartarse una fuga de laboratorio por falta de datos esenciales.
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La hipótesis zoonótica sigue siendo la mejor respaldada, pero el origen del virus permanece sin resolver por falta de datos clave. Foto: Istock/Christian Pérez

Más de cinco años después del inicio de la pandemia, el origen del virus que paralizó al mundo sigue siendo un misterio sin resolver. Esta semana, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un nuevo informe independiente que analiza toda la evidencia científica disponible sobre el SARS-CoV-2. El documento, elaborado por el Grupo Asesor Científico para los Orígenes de Patógenos Nuevos (SAGO), no ofrece una conclusión definitiva, pero sí traza con claridad qué sabemos y, sobre todo, qué seguimos sin saber.

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El informe, titulado Independent assessment of the origins of SARS‑CoV‑2, recopila investigaciones publicadas entre 2021 y 2025, revisa hipótesis previas, evalúa informes gubernamentales e inteligencia sanitaria, y señala con firmeza las limitaciones que impiden llegar a respuestas concluyentes. La hipótesis de que el virus tiene un origen zoonótico —es decir, que saltó desde un animal a los humanos— sigue siendo la mejor respaldada por la evidencia científica disponible. Pero otras posibilidades, como una fuga accidental de laboratorio, no pueden descartarse por una razón esencial: faltan datos clave, especialmente de China.

La hipótesis más sólida sigue siendo la zoonosis

Desde los primeros informes sobre casos de neumonía atípica en Wuhan, en diciembre de 2019, los científicos han sospechado que el SARS-CoV-2 pudo haberse originado en un animal, posiblemente un murciélago, y haber llegado a los humanos a través de un hospedador intermedio. El nuevo informe de SAGO reafirma que esta hipótesis sigue siendo la más respaldada por la investigación científica.

En particular, el mercado mayorista de mariscos de Huanan (HSM), en Wuhan, aparece de nuevo como un punto de interés clave. En sus instalaciones se vendían especies susceptibles al virus, como perros mapache, civetas y visones. Diversos análisis ambientales realizados tras el cierre del mercado detectaron trazas del virus en jaulas, superficies y desagües, junto con ADN de estas especies animales. Sin embargo, no se ha podido confirmar si el contagio inicial ocurrió en ese lugar o si el mercado simplemente actuó como un amplificador de la transmisión humana.

El nuevo informe de la OMS concluye que la causa más probable del origen de la pandemia de COVID-19 fue el salto del virus de un animal al ser humano

El informe también revisa el origen evolutivo del virus. Las cepas más cercanas conocidas hasta ahora se han encontrado en murciélagos del sur de China y del sudeste asiático, pero ninguna de ellas es lo suficientemente próxima al SARS-CoV-2 como para ser considerada el origen directo. La búsqueda de un precursor genético sigue abierta. Y con ella, la necesidad de realizar estudios más exhaustivos sobre la cría, comercio y transporte de animales susceptibles en las regiones vinculadas con los primeros casos.

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La fuga de laboratorio: sin evidencias, pero sin poder descartarse

Uno de los puntos más delicados del informe es su evaluación de la hipótesis de una fuga accidental de laboratorio. Aunque no se ha encontrado evidencia científica que respalde esa posibilidad, los expertos de SAGO subrayan que no pueden descartarla debido a la falta de información.

La OMS solicitó en varias ocasiones a las autoridades chinas datos clave para poder evaluar esta hipótesis: historiales médicos del personal de los laboratorios de Wuhan, detalles sobre experimentos con coronavirus, medidas de bioseguridad aplicadas y cualquier registro que pudiera arrojar luz sobre el trabajo con virus relacionados. A día de hoy, esa información no ha sido entregada ni publicada.

El grupo asesor señala que, sin estos datos, no es posible determinar si el virus pudo haber escapado durante una investigación de campo o por un fallo en las medidas de bioseguridad. Por tanto, la hipótesis de la fuga accidental no puede ser ni confirmada ni descartada.

La OMS ha solicitado en repetidas ocasiones datos clave a China sobre los laboratorios de Wuhan, pero esa información aún no ha sido entregada ni publicada.

En cambio, la idea de una manipulación deliberada del virus es considerada aún menos plausible. En este sentido, el informe sí concluye que no existen pruebas científicas que la respalden, y que las características genéticas del SARS-CoV-2 pueden explicarse por procesos evolutivos naturales observados en otros coronavirus.

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El mayor obstáculo: la falta de acceso a los datos

Uno de los mensajes más repetidos en el informe es que la investigación sobre el origen del virus sigue incompleta. Y no por falta de trabajo científico, sino por la escasez de datos accesibles. Los miembros de SAGO han evaluado miles de muestras de animales y humanos, tanto en China como en otros países, sin encontrar un vínculo directo con el SARS-CoV-2 anterior a diciembre de 2019. También se han revisado estudios sobre aguas residuales, biobancos de sangre y casos retrospectivos, pero los resultados no han sido concluyentes o no han podido ser confirmados por laboratorios independientes.

La OMS y SAGO hacen un llamado explícito a todos los gobiernos —pero especialmente a aquellos en cuyos territorios se detectaron los primeros casos— para que compartan cualquier dato relevante. Esto incluye resultados de investigaciones epidemiológicas, vigilancia en animales, detalles sobre el comercio de fauna silvestre y cualquier posible incidente de laboratorio. También animan a científicos individuales a hacer pública cualquier información que pueda arrojar luz sobre los primeros momentos de la pandemia.

A cinco años del brote inicial, el informe deja claro que no existe una narrativa cerrada sobre cómo comenzó todo. La teoría del salto de animal a humano sigue siendo la más respaldada, pero sin la colaboración internacional completa —y sin transparencia— el caso permanecerá abierto.