En el contexto de la creciente preocupación por el cambio climático y la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, muchas empresas han establecido metas ambiciosas de emisión cero neto en el futuro. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la prestigiosa revista Science nos recuerda que confiar únicamente en la capacidad de los árboles para eliminar el CO2 de la atmósfera no será suficiente para detener el cambio climático.
La investigación plantea una perspectiva desafiante: si dejáramos de intervenir en los bosques, es decir, si cesáramos actividades como la explotación maderera y consideráramos las condiciones climáticas actuales y la concentración de CO2 ya existente, los bosques podrían aumentar su biomasa en hasta 44.1 gigatoneladas de carbono. A primera vista, esta cifra podría parecer impresionante, pero en realidad representa solo un aumento del 15-16% en comparación con los niveles actuales de almacenamiento de carbono. Para ponerlo en perspectiva, equivale aproximadamente a las emisiones de CO2 generadas por las actividades humanas durante cuatro años.
Los resultados del estudio indican que esta estrategia tiene un potencial limitado para reducir la cantidad de carbono en la atmósfera si no se logran reducciones significativas en las emisiones. En lugar de utilizar los bosques como una forma de compensar los niveles actuales de emisiones, los investigadores enfatizan la importancia de preservar la capacidad de los bosques para absorber carbono y utilizarla para compensar las emisiones residuales de sectores donde estas sean inevitables.
Es bien sabido que los bosques desempeñan un papel crucial como sumideros de carbono, ya que absorben CO2 durante la fotosíntesis y lo convierten en biomasa vegetal. Además, almacenan carbono en el suelo, enriqueciendo la materia orgánica. Por esta razón, los bosques juegan un papel fundamental en la regulación de la temperatura y en la mitigación del calentamiento global.
Si se restauran áreas dañadas por la deforestación u otros problemas, se puede aumentar la cantidad de carbono absorbido en esos lugares. Esta idea de “reparación” se ha promocionado como una solución para extraer CO2 de la atmósfera, pero al mismo tiempo ha permitido a las empresas mantener sus niveles actuales de emisiones bajo la excusa de la compensación.
Sin embargo, debemos reconocer que existen límites en lo que los bosques pueden lograr por sí solos. Según los investigadores, al considerar las perturbaciones naturales que ocurren en los bosques sin intervención humana, como incendios forestales, daños causados por tormentas o plagas de insectos, se ha descubierto que el potencial adicional de almacenamiento de carbono es más de dos veces menor que las estimaciones anteriores.
Además, para compensar las emisiones generadas en un solo año, se necesitaría reforestar un área de 1.6 millones de kilómetros cuadrados, equivalente aproximadamente al tamaño de Alaska y más grande que España, Alemania y Francia combinadas.
También es importante tener en cuenta que los bosques tardan décadas e incluso siglos en crecer y alcanzar la madurez. Mientras tanto, la crisis climática ya está aquí y requiere una acción rápida por parte de la humanidad para limitar el calentamiento global a menos de 1.5 grados Celsius, como se establece en los objetivos del Acuerdo de París.
Thelma Krug, una matemática y vicepresidenta del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC), considera que este estudio transmite un mensaje importante: “Muestra que los bosques, por sí solos, no serán suficientes para salvar nuestro planeta”. Según Krug, los modelos utilizados por el IPCC indican que será necesario recurrir a la extracción de dióxido de carbono para lograr emisiones netas cero en sectores específicos. Sin embargo, estos modelos también revelan que se requerirán diversas estrategias para lograrlo de manera lo suficientemente rápida, siendo la reducción ambiciosa de emisiones la medida más significativa.
Krug destaca que las empresas que invierten en la captura de carbono forestal pueden pasar por alto dos aspectos importantes: esta solución requiere tiempo y los bosques también son vulnerables al cambio climático, lo que podría afectar su capacidad de absorber carbono debido al aumento de las temperaturas.
Es crucial resaltar que este nuevo estudio no disminuye el valor ambiental y climático de proteger los bosques. Desde una perspectiva del cambio climático, es preferible mantener la mayor cantidad de carbono en la tierra posible, ya que la deforestación y los incendios forestales son fuentes significativas de emisiones de gases de efecto invernadero.
“Si bien los bosques solo pueden contribuir de manera limitada a la mitigación del cambio climático con los niveles actuales de emisiones, su contribución relativa podría volverse sumamente importante para cerrar la brecha hacia la neutralidad de carbono si logramos una reducción sustancial y colectiva de las emisiones de CO2 provenientes de fuentes fósiles”, destaca Roebroek, uno de los investigadores.
Además de su papel en el ciclo del carbono, los bosques también tienen otras funciones esenciales. Ayudan a regular los cambios de temperatura, previenen la propagación de enfermedades y albergan millones de especies y miles de comunidades tradicionales en todo el mundo.
En conclusión, aunque los bosques son elementos cruciales en la mitigación del cambio climático, no podemos depender exclusivamente de ellos para resolver este problema global. Es fundamental implementar reducciones significativas en las emisiones y explorar diversas estrategias de absorción y eliminación de carbono para abordar de manera efectiva la crisis climática. Proteger los bosques sigue siendo una prioridad, pero debemos actuar rápidamente y en todos los frentes para asegurar un futuro sostenible para nuestro planeta.
Referencias:
- Caspar T. J. Roebroek et al., Releasing global forests from human management: How much more carbon could be stored?. Science 380, 749-753 (2023). DOI:10.1126/science.add5878