En diciembre de 2019, un mercado de mariscos y animales en Wuhan, China, fue vinculado con los primeros casos conocidos de COVID-19, desatando una crisis sanitaria global que cambió el curso de la historia moderna. Desde entonces, científicos de todo el mundo han buscado pistas para resolver el misterio de cómo un virus tan devastador pudo haberse originado y propagado en un mercado aparentemente inofensivo.
Ahora, una serie de estudios genéticos ha proporcionado nuevas y sólidas evidencias de que el Huanan Seafood Market pudo haber sido el lugar donde el SARS-CoV-2 pasó de los animales a los humanos.
El rastreo genético de los primeros días
Un estudio reciente publicado en Cell, liderado por un equipo internacional de científicos, ha reexaminado datos genéticos obtenidos de más de 800 muestras recogidas en el mercado de Huanan, justo cuando la pandemia empezaba a emerger. Este análisis ha permitido identificar con precisión la presencia de especies de animales salvajes vendidas en los mismos puestos donde también se encontraron rastros de SARS-CoV-2, incluyendo el perro mapache (Nyctereutes procyonoides), la civeta de las palmeras enmascarada (Paguma larvata) y el ratón de bambú (Rhizomys pruinosus). Estas especies, previamente señaladas como posibles intermediarios, resultaron estar en el centro de los primeros casos del virus.
De acuerdo con los investigadores, la clave estuvo en la coincidencia entre el ADN de los animales y las muestras de SARS-CoV-2 en los mismos puestos del mercado. “Esta coincidencia sugiere, aunque no prueba, que los animales estaban infectados con el virus”, comenta Ed Holmes, miembro del equipo de la Universidad de Sídney. “Por lo tanto, es muy probable que el SARS-CoV-2 haya surgido en un mercado de animales vivos”.
Esta hipótesis, si bien sigue siendo debatida, parece ganar más fuerza a medida que se realizan nuevos estudios. Aunque en sus inicios algunos sugerían que el virus pudo haber escapado de un laboratorio de virología en Wuhan, los resultados de este estudio y otros recientes refuerzan la idea de una transmisión zoonótica, es decir, de animales a humanos.
La conexión con los primeros casos humanos
Otra clave que apunta al mercado de Huanan como epicentro de la pandemia es el análisis genético de las primeras muestras de COVID-19 obtenidas de pacientes humanos. Según el equipo de Holmes, los primeros casos estaban centrados alrededor del mercado, tanto geográficamente como temporalmente. Esto significa que, aunque no se puede descartar que una persona infectada trajera el virus al mercado, lo más probable es que la transmisión inicial ocurriera allí mismo, a través del contacto entre humanos y animales infectados.
Uno de los puntos más reveladores del estudio es que, aunque el SARS-CoV-2 se encontró en varios lugares del mercado, la mayor concentración del virus estaba en la sección donde se vendían animales vivos. Este hallazgo refuerza la teoría de que el contacto con animales salvajes infectados, que a menudo son portadores de patógenos zoonóticos, fue un factor determinante en el inicio de la pandemia.
La importancia del comercio de animales salvajes
El comercio de vida silvestre en China y otros países del sudeste asiático es una práctica común que, en muchos casos, opera al margen de las normativas de seguridad biológica. Este comercio es un terreno fértil para la aparición de nuevas enfermedades, ya que los animales a menudo se mantienen en condiciones insalubres y en estrecho contacto entre sí y con los humanos, facilitando la transmisión de virus.
James Wood, epidemiólogo de enfermedades infecciosas en la Universidad de Cambridge, destaca la relevancia de estos hallazgos para la prevención de futuras pandemias. “El trabajo proporciona evidencia muy sólida de que los puestos de venta de animales salvajes en el mercado de mariscos de Hunan en Wuhan son un foco de la aparición de la pandemia de COVID-19”, comenta Wood.
Según el científico, la diversidad genética del SARS-CoV-2 en el mercado coincide con la de los primeros casos humanos, lo que refuerza la teoría de que el origen está vinculado a la venta de animales salvajes.
A pesar de los esfuerzos globales para mejorar la seguridad en los laboratorios de virología, Wood subraya que muy poco se ha hecho para regular el comercio de animales salvajes, que es una de las causas principales del surgimiento de nuevas enfermedades infecciosas. La falta de control y la continua captura de animales en su hábitat natural para su venta en mercados urbanos representan un riesgo significativo para la aparición de nuevas pandemias.
Un riesgo subestimado
Zach Hensel, investigador de la Universidad NOVA de Lisboa y miembro del equipo que realizó el estudio en Cell, enfatiza que los mercados como el de Huanan representan un peligro latente. “Incluso en el contexto del mercado, donde los humanos estaban por todas partes, los virus animales eran mucho más abundantes que los virus humanos”, señala Hensel. De hecho, además del SARS-CoV-2, los científicos encontraron otros virus en el mercado con el potencial de causar enfermedades zoonóticas, como un virus de la gripe aviar.
El comercio de animales salvajes no solo facilita la propagación de virus, sino que también ofrece una vía para que los virus animales evolucionen y se adapten a los humanos. En el caso del SARS-CoV-2, el perro mapache y la civeta de las palmeras enmascarada ya habían sido implicados en brotes anteriores de coronavirus, lo que hace plausible su papel en la aparición de la COVID-19.
¿Una pandemia evitable?
Para Hensel, la pandemia podría haberse prevenido con medidas de seguridad más estrictas en los mercados de animales vivos. “El uso de equipos de protección personal que ya se recomendaban para estos entornos antes del brote de COVID-19 podría haber evitado la pandemia”, afirma. Esta observación destaca la necesidad urgente de mejorar las normas de bioseguridad en los mercados y, en general, en el comercio de vida silvestre.
Robert Edwards, de la Universidad Flinders en Australia, coincide con esta opinión y elogia el estudio por proporcionar más claridad sobre el origen del virus. “Ahora hay pocas dudas de que el SARS-CoV-2 provino del mercado de Huanan”, comenta Edwards. “Aunque se ha discutido la posibilidad de que el virus haya sido introducido en el mercado por humanos, cualquier otra teoría debe explicar cómo es posible que el mercado haya sido el epicentro de tantos brotes”.
La necesidad de una regulación global
A medida que los estudios científicos siguen apuntando hacia el mercado de Huanan como el origen más probable de la COVID-19, queda claro que el comercio de animales salvajes necesita una regulación más estricta.
Alice Hughes, líder del Grupo de Análisis de Biodiversidad de Ecosistemas Terrestres en la Universidad de Hong Kong, advierte sobre los peligros de no actuar. “Este estudio subraya la urgencia de controlar el comercio de animales salvajes en China y otros países”, señala. “Si no mejoramos la seguridad biológica y controlamos la captura y venta de animales, el riesgo de futuras pandemias será inevitable”.
Como vemos, el rastreo genético y los estudios epidemiológicos refuerzan la idea de que el mercado de Huanan fue el epicentro del brote de COVID-19, impulsado por el comercio de animales salvajes. Las lecciones que nos deja esta pandemia son claras: para prevenir futuras crisis de salud global, es esencial abordar el comercio de vida silvestre y mejorar las normas de bioseguridad a nivel mundial.
Referencias utilizadas:
- Genetic tracing of market wildlife and viruses at the epicenter of the COVID-19 pandemic. Crits-Christoph, Alexander et al. Cell, Volume 187, Issue 19, 5468 – 5482.e11. doi: 10.1016/j.cell.2024.08.010
- G. James (2024). Genetic ghosts suggest Covid’s market origins. BBC. Consultado el 20 de septiembre de 2024
- W. James (2024). Evidence points to Wuhan market as source of covid-19 outbreak. NewScientist. Consultado el 20 de septiembre de 2024
- Science Media Centre (2024). Expert reaction to study on genetic tracing at the Huanan Seafood market to investigate possible COVID virus origins. Consultado el 20 de septiembre de 2024