Julio César es uno de los personajes más célebres de la historia de Roma y del mundo antiguo. Su vida y su muerte han sido objeto de numerosas obras literarias, artísticas y cinematográficas, y su nombre ha quedado asociado al concepto de emperador. Sin embargo, ¿sabías que Julio César nunca fue emperador de Roma? Aunque pueda parecer sorprendente, lo cierto es que Julio César nunca ostentó ese título ni ejerció ese poder.
¿Qué era un emperador romano?
Para entender por qué Julio César no fue emperador, primero hay que aclarar qué era un emperador romano. El término emperador proviene del latín imperator, que significa “comandante” o “jefe militar”. En la República romana, este título se otorgaba a los generales victoriosos en el campo de batalla, como una forma de reconocer su autoridad y su prestigio. Sin embargo, este título no implicaba ningún poder político ni jurídico, sino que era meramente honorífico.
El primer romano que usó el título de imperator de forma permanente y exclusiva fue Octavio, el hijo adoptivo y heredero de Julio César. Tras derrotar a Marco Antonio y Cleopatra en la batalla de Actium en el año 31 a.C., Octavio se convirtió en el dueño absoluto del mundo romano. Sin embargo, para evitar la oposición del Senado y del pueblo, Octavio no se proclamó rey ni dictador, sino que mantuvo las formas e instituciones de la República, aunque vaciándolas de contenido. Así, Octavio se hizo conceder por el Senado una serie de poderes extraordinarios que le permitían controlar todos los aspectos del Estado: el poder consular, el poder tribunicio, el poder proconsular y el poder censorio. Además, recibió el nombre honorífico de Augusto, que significa “el venerable” o “el ilustre”.
De esta manera, Octavio creó una nueva forma de gobierno que se conoce como Principado o Imperio romano. El Principado se basaba en la figura del princeps, que significa “el primero” o “el principal”. El princeps era el ciudadano más importante de Roma, el que tenía más dignidad y más auctoritas (prestigio e influencia). El princeps no era un monarca absoluto ni un tirano, sino un líder que gobernaba con el consenso y el apoyo del Senado y del pueblo. El princeps era también el imperator supremo, el comandante en jefe de todas las fuerzas armadas romanas. Así, el título de imperator pasó a ser un atributo exclusivo del princeps, y con el tiempo se convirtió en sinónimo de emperador.
¿Por qué Julio César no fue emperador?
Ahora que ya sabemos qué era un emperador romano, podemos responder a la pregunta de por qué Julio César no fue emperador. La respuesta es sencilla: porque Julio César murió antes de que se estableciera el Principado o Imperio romano. Julio César vivió durante la última etapa de la República romana, un período marcado por las guerras civiles y las luchas por el poder entre las distintas facciones políticas. Julio César fue uno de los líderes más destacados del partido popular, que defendía los intereses de las clases bajas y medias frente al partido aristocrático o conservador.
Julio César fue un brillante político y militar, que logró conquistar la Galia y derrotar a sus rivales Pompeyo y Craso. Sin embargo, su ambición y su popularidad le granjearon muchos enemigos entre los senadores más tradicionalistas, que temían que se convirtiera en un rey o un dictador. De hecho, Julio César se hizo nombrar dictador perpetuo en el año 44 a.C., lo que suponía una amenaza para la República y sus instituciones. Por eso, un grupo de senadores conspiró para asesinarlo el 15 de marzo de ese mismo año, en los idus de marzo.
Con su muerte, Julio César no pudo consolidar su poder ni crear un nuevo sistema político. Fue su hijo adoptivo y heredero, Octavio, el que lo hizo tras vengar su asesinato y derrotar a sus enemigos. Por lo tanto, Julio César nunca fue emperador de Roma, sino solo un dictador que aspiraba a serlo.
Julio César murió antes de que se estableciera el Principado o Imperio romano.
¿Por qué se cree que Julio César fue emperador?
Si Julio César nunca fue emperador, ¿por qué se cree popularmente que lo fue? Hay varias razones que explican esta confusión histórica. Una de ellas es la propia propaganda de Octavio, que se presentó como el legítimo sucesor de Julio César y el restaurador de la paz y el orden tras las guerras civiles. Octavio usó el nombre y la imagen de Julio César para legitimar su poder y su autoridad, y para crear una nueva dinastía que se conoce como la dinastía julio-claudia. Los emperadores de esta dinastía se consideraban descendientes directos de Julio César y de la diosa Venus, y por eso adoptaron el nombre de César como parte de su título imperial. Así, el nombre de César pasó a ser un símbolo del poder imperial y una forma de referirse a los emperadores.
Otra razón es la influencia de la cultura y la literatura clásicas, que han difundido la figura de Julio César como uno de los personajes más relevantes e influyentes de la historia antigua. Las obras de autores como Plutarco, Suetonio o Shakespeare han retratado a Julio César como un gran estadista y un gran conquistador, que cambió el destino de Roma y del mundo. Estas obras han contribuido a crear una imagen idealizada y heroica de Julio César, que ha trascendido el tiempo y el espacio.
Finalmente, otra razón es la confusión terminológica entre los conceptos de imperio e imperator. Aunque no son lo mismo, muchas veces se usan indistintamente para referirse al mismo fenómeno histórico. El imperio es una forma de organización política que implica la dominación de un Estado sobre otros Estados o territorios. El imperator es una forma de denominación del gobernante supremo de un imperio. Sin embargo, no todos los imperios tienen un imperator, ni todos los imperatores gobiernan un imperio. Por ejemplo, el Imperio romano tuvo varios imperatores, pero también hubo otros imperios que no tuvieron ninguno, como el Imperio persa o el Imperio mongol.
La confusión histórica se debe a la propaganda de Octavio, a la influencia de la cultura y la literatura clásicas, y a la confusión terminológica entre los conceptos de imperio e imperator.
En resumidas cuentas, Julio César nunca fue emperador de Roma, a pesar de que popularmente se cree lo contrario. Julio César fue un dictador que murió antes de que se estableciera el Principado o Imperio romano. Fue su hijo adoptivo y heredero, Octavio, el que se convirtió en el primer emperador romano bajo el nombre de Augusto. La confusión histórica se debe a la propaganda de Octavio, a la influencia de la cultura y la literatura clásicas, y a la confusión terminológica entre los conceptos de imperio e imperator.
Referencias bibliográficas:
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- Velasco, J. (2008). “Julio César y la crisis de la República”. En Historia y Vida, 449, 38-472