Un análisis de los Rollos del Mar Muerto obliga a replantear la historia antigua de Judea (y del judaísmo): una IA revela que los manuscritos son hasta un siglo más antiguos de lo pensado

La datación tradicional de los Rollos del Mar Muerto ha sido puesta en entredicho por un innovador sistema que combina IA y carbono-14. Sus resultados podrían alterar por completo nuestra comprensión de la historia de Judea.
Un sorprendente análisis de los Rollos del Mar Muerto podría cambiar lo que sabemos sobre los orígenes del judaísmo Un sorprendente análisis de los Rollos del Mar Muerto podría cambiar lo que sabemos sobre los orígenes del judaísmo
Un sorprendente análisis de los Rollos del Mar Muerto podría cambiar lo que sabemos sobre los orígenes del judaísmo. Foto: Istock

Durante más de siete décadas, los Rollos del Mar Muerto han sido objeto de estudio, admiración y debate. Descubiertos en 1947 por unos pastores beduinos en las cuevas de Qumrán, a orillas del mar salado que separa Israel de Jordania, estos milenarios manuscritos han sido considerados una de las joyas más preciosas del patrimonio cultural judío. Sin embargo, una pregunta ha persistido durante décadas: ¿cuándo fueron realmente escritos?

Ahora, un equipo interdisciplinar de científicos e historiadores ha logrado lo que hasta hace poco parecía inalcanzable: fechar con precisión decenas de estos textos sin destruirlos ni depender de conjeturas paleográficas. La clave está en «Enoch», un modelo de inteligencia artificial desarrollado por investigadores del Qumran Institute y de la Universidad de Groningen, que ha revolucionado la manera de estudiar la escritura antigua. El estudio, publicado en PLOS ONE, marca un antes y un después en la cronología de estos documentos.

El dilema de las fechas sin calendario

La mayoría de los Rollos del Mar Muerto carecen de fechas explícitas. Tampoco suelen encontrarse en contextos arqueológicos bien definidos. Durante años, los estudiosos han intentado situarlos cronológicamente mediante el análisis de la forma de las letras —la paleografía— comparándolas con manuscritos datados de otras regiones y épocas. Pero este método, aunque útil, es impreciso y subjetivo, especialmente porque el período histórico de estos rollos, entre los siglos III a.C. y I d.C., coincide con un vacío documental: no existen textos fechados de esos siglos que permitan una comparación directa.

Conscientes de estas limitaciones, el equipo liderado por Mladen Popović decidió buscar una solución más objetiva. Primero, seleccionaron cuidadosamente 30 manuscritos de distintas procedencias, estilos de escritura y grados de conservación. A 27 de ellos se les aplicó una innovadora técnica de datación por radiocarbono, con un tratamiento químico previo que elimina contaminantes y mejora la fiabilidad de los resultados. Estos datos no solo permitieron establecer fechas más precisas para los fragmentos, sino que sirvieron como base para entrenar a Enoch, el modelo de IA.

Así funciona Enoch, el escriba digital del pasado

El sistema Enoch no está basado en redes neuronales opacas o “cajas negras”, sino en un enfoque explicable y riguroso. Utiliza imágenes de alta resolución y espectros multicanal para detectar con precisión los trazos de tinta sobre el pergamino. A partir de ahí, analiza características geométricas del trazo —como la curvatura o la forma de cada letra— y las transforma en vectores que relaciona con fechas concretas obtenidas por carbono-14.

El modelo fue entrenado con 24 manuscritos datados, y luego validado con los tres restantes. El margen de error de sus predicciones fue sorprendentemente bajo: apenas 30 años, un logro excepcional para textos que tienen más de dos milenios de antigüedad. Posteriormente, se aplicó a otros 135 rollos cuya datación era hasta ahora incierta. Los resultados fueron, en muchos casos, inesperados.

Manuscritos más antiguos de lo que creíamos

Enoch ha revelado que muchos de los textos considerados “herodianos” por su caligrafía, y que tradicionalmente se situaban entre finales del siglo I a.C. y el siglo I d.C., en realidad podrían haber sido escritos varias décadas antes. Algunos, incluso, muestran características que los sitúan en pleno siglo II a.C. De igual forma, los rollos clasificados como “hasmoneos”, también parecen tener un origen más antiguo, llegando hasta finales del siglo III a.C. e incluso principios del IV a.C. en algunos casos.

Este solapamiento entre los estilos “hasmoneo” y “herodiano” desafía la visión tradicional de una evolución lineal y progresiva de la escritura hebrea durante ese período. Ahora sabemos que ambos estilos convivieron durante más tiempo del que se pensaba, lo que sugiere una sociedad mucho más diversa y compleja desde el punto de vista cultural y administrativo.

Pero el hallazgo más asombroso está relacionado con dos manuscritos concretos: el 4Q114, que contiene fragmentos del libro de Daniel, y el 4Q109, con pasajes de Eclesiastés. Según los análisis de Enoch, ambos fueron escritos en la misma época en la que los expertos creen que estos textos fueron compuestos originalmente. Es decir, se trata posiblemente de copias contemporáneas a sus autores, una rareza absoluta en el estudio de textos bíblicos antiguos.

Nuevas preguntas sobre la alfabetización y la historia de Judea

Estos descubrimientos obligan a replantear muchos de los supuestos que durante décadas han sostenido la narrativa sobre la historia de Judea en el período helenístico y romano. Si la producción y copia de textos bíblicos era ya intensa antes del ascenso de los asmoneos, como sugiere la datación de Eclesiastés, ¿qué nos dice esto sobre el nivel de alfabetización y la organización intelectual de la sociedad judía anterior al siglo II a.C.?

La hipótesis habitual era que el aumento de la escritura y la conservación de textos estaba ligado al auge político de los asmoneos, tras la revuelta macabea. Pero Enoch ha desvelado que el fenómeno comenzó antes, en una Judea todavía dominada por los reinos helenísticos, lo que apunta a una vida cultural y religiosa más rica y precoz de lo que se creía.

Además, el hecho de que los estilos de escritura no evolucionaran de forma lineal sino simultánea y solapada, cuestiona las bases de la clasificación paleográfica clásica. No solo se trata de ajustar fechas, sino de reconsiderar cómo, cuándo y por qué ciertos estilos se difundieron en el Levante.

Un modelo exportable a otras civilizaciones

Lo más prometedor es que Enoch no se limita a los Rollos del Mar Muerto. La metodología puede aplicarse a otros conjuntos de manuscritos antiguos que, como estos, carecen de fechas y contextos claros. Desde papiros egipcios hasta textos mesopotámicos, el modelo ofrece una herramienta potente para reordenar el pasado desde el análisis formal y cuantitativo de la escritura, sin destruir los objetos originales.

Este sistema ya ha sido comparado con un «viaje en el tiempo», una forma de escuchar las voces del pasado con nuevas tecnologías. Su impacto será, sin duda, duradero en campos como la filología, la historia antigua, la arqueología y los estudios bíblicos.

Aunque todavía queda mucho por investigar —los autores apenas han analizado el 10% de los manuscritos conocidos—, el camino está abierto. La historia de los Rollos del Mar Muerto ha cambiado. Y con ella, nuestra manera de entender la escritura, la religión y la política en el mundo antiguo.

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