Una vacuna en embarazadas y un anticuerpo monoclonal inyectado a bebés redujeron un 52% las hospitalizaciones por VRS: el avance que puede salvar miles de vidas cada invierno

Un estudio del CDC revela una caída histórica en las hospitalizaciones por VRS en bebés en Estados Unidos. La clave está en dos nuevas estrategias de prevención que podrían cambiarlo todo: una vacuna en el embarazo y un anticuerpo monoclonal inyectado directamente al bebé.
Un nuevo estudio revela una caída histórica en las hospitalizaciones infantiles por VRS Un nuevo estudio revela una caída histórica en las hospitalizaciones infantiles por VRS
Un nuevo estudio revela una caída histórica en las hospitalizaciones infantiles por VRS. Foto: Istock

Respirar, algo tan básico, puede convertirse en un desafío mortal para un recién nacido infectado con el virus respiratorio sincitial (VRS). Este patógeno, que cada año lleva a decenas de miles de menores de cinco años a hospitales en todo Estados Unidos, acaba de enfrentarse a un giro inesperado. Por primera vez, los datos muestran una caída abrupta en las hospitalizaciones infantiles gracias a dos productos que han comenzado a cambiar el panorama epidemiológico.

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Y no es una disminución menor. Los nuevos hallazgos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) revelan que las hospitalizaciones por VRS en bebés menores de 8 meses se redujeron hasta en un 46% en la última temporada (2024–2025), en comparación con los niveles prepandémicos de 2018 a 2020. ¿La razón? Una vacuna administrada durante el embarazo y un anticuerpo monoclonal inyectado directamente al bebé, conocidos respectivamente como vacuna materna contra el VRS y nirsevimab.

Dos herramientas nuevas contra un enemigo antiguo

El VRS no es nuevo. Es el principal responsable de las hospitalizaciones respiratorias en menores de un año, y se estima que entre 58.000 y 80.000 niños menores de cinco años son ingresados cada año por esta causa en EE. UU. Aunque muchos casos son leves, los más pequeños —especialmente los de 0 a 2 meses— pueden desarrollar cuadros severos como bronquiolitis o neumonía.

Durante décadas, los médicos han contado con pocas opciones para prevenir el virus, y muchas familias se han visto impotentes ante su avance. Pero en la temporada 2024–2025, la situación cambió radicalmente.

Por un lado, la vacuna materna se administra entre la semana 32 y 36 de gestación, justo antes de que comience la temporada de circulación del virus. Esta vacuna estimula la producción de anticuerpos en la madre que luego se transfieren al feto, ofreciendo protección al bebé desde el nacimiento. Por otro lado, nirsevimab, un anticuerpo monoclonal de larga duración, se aplica directamente al lactante y actúa como una barrera inmediata contra el virus durante sus primeros meses de vida.

Una caída que no deja lugar a dudas

Los datos provienen de dos redes de vigilancia nacionales: RSV-NET y NVSN, que analizaron los casos de hospitalización por VRS entre octubre de 2024 y febrero de 2025 y los compararon con las temporadas previas a la pandemia. Los resultados son inequívocos.

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Entre los bebés de 0 a 7 meses —el grupo más vulnerable y al que van dirigidos estos productos— las hospitalizaciones cayeron un 43% según RSV-NET y un 28% según NVSN. Pero entre los más pequeños, los de 0 a 2 meses, la caída fue aún más espectacular: 52% y 45% respectivamente. En otras palabras, uno de cada dos bebés que hubiera terminado en el hospital hace cinco años, hoy se ha librado gracias a estas nuevas medidas de prevención.

“Es un hito”, escriben los autores del informe. No solo respalda las recomendaciones actuales de las autoridades sanitarias, sino que demuestra que implementar estas estrategias antes del pico de transmisión puede salvar cientos —si no miles— de vidas cada temporada.

¿Y qué pasa con los demás niños?

El estudio también identificó un dato importante: los niños mayores de 8 meses, que no estaban cubiertos por la vacuna o nirsevimab, experimentaron un aumento en las hospitalizaciones en comparación con temporadas anteriores. Esto no solo evidencia la agresividad del virus este año, sino que subraya aún más la eficacia de los productos preventivos.

Una excepción notable fue Houston, Texas, donde estos tratamientos no estuvieron ampliamente disponibles al inicio de la temporada. Al excluir los datos de esta ciudad del análisis, las reducciones en hospitalización fueron aún más pronunciadas. Esta variabilidad regional subraya una lección esencial: la implementación oportuna y equitativa de estas intervenciones es clave para su éxito.

Un futuro esperanzador, pero aún desigual

El informe también señala que, aunque la cobertura aumentó del 30% al 66% entre octubre de 2024 y febrero de 2025, todavía hay un tercio de los bebés sin protección. Las causas pueden ser múltiples: desigualdades en el acceso, falta de información, barreras logísticas en los sistemas de salud o incluso la falta de conocimiento por parte del personal médico.

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Para alcanzar su máximo potencial, estas herramientas no solo deben estar disponibles, sino también llegar de forma efectiva a quienes más las necesitan. El informe sugiere reforzar la educación médica, mejorar la logística de distribución y adaptar las recomendaciones a la estacionalidad local del virus, que varía según la región del país.

Una de las conclusiones más contundentes del estudio es que proteger a los bebés desde su nacimiento —incluso desde antes, a través de la madre— es fundamental. La primera semana de vida, especialmente si coincide con el pico de circulación del VRS, representa una ventana crítica.

Por ello, los expertos del CDC recomiendan administrar la vacuna materna durante el tercer trimestre y aplicar nirsevimab en los primeros días de vida, preferiblemente durante la hospitalización por el parto. Esta estrategia no solo es efectiva desde el punto de vista sanitario, sino que además es costo-efectiva, como ya han demostrado otros estudios previos.

Una nueva era en la prevención pediátrica

Lo que hasta ahora era un desafío casi inevitable para las familias con recién nacidos, empieza a perfilarse como un problema con solución. La combinación de vacunación materna y tratamiento profiláctico directo representa una nueva era en la prevención pediátrica. Un avance que, con la implementación adecuada, podría cambiar para siempre el rostro del invierno hospitalario en las salas pediátricas.

El VRS seguirá circulando, sí. Pero por primera vez, tenemos las herramientas para dejar de contar cada invierno cuántos bebés han sido hospitalizados… y empezar a contar cuántos se han salvado.

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Referencias

  • Patton ME, Moline HL, Whitaker M, et al. Interim Evaluation of Respiratory Syncytial Virus Hospitalization Rates Among Infants and Young Children After Introduction of Respiratory Syncytial Virus Prevention Products — United States, October 2024–February 2025. MMWR Morb Mortal Wkly Rep 2025;74:273–281. doi:10.15585/mmwr.mm7416a1
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