¿Qué sabemos hasta ahora sobre el espectacular robo de joyas históricas en el Louvre? Se llevan joyas imperiales en un asalto fulminante de 7 minutos

Una banda perfectamente organizada ha ejecutado un robo histórico en el Louvre, llevándose en solo siete minutos joyas imperiales de valor incalculable.
Se llevan joyas imperiales del Louvre en solo 7 minutos Se llevan joyas imperiales del Louvre en solo 7 minutos
Se llevan joyas imperiales del Louvre en solo 7 minutos. Foto: Istock/Planeta 16

París — 19 de octubre de 2025. Lo que parecía una tranquila mañana de domingo se ha transformado en un episodio digno de un thriller cinematográfico. A las 9:30 de la mañana, apenas media hora después de su apertura, el Museo del Louvre fue escenario de un robo planificado con precisión quirúrgica, en el que varios individuos se apoderaron de nueve joyas de valor incalculable de la célebre Galería Apolo.

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La ministra de Cultura francesa, Rachida Dati, confirmó el asalto a través de su cuenta oficial en X (antes Twitter) y se desplazó de inmediato al museo, acompañada por el ministro del Interior, Laurent Nuñez. Como medida preventiva, el Louvre cerró sus puertas al público por “razones excepcionales”, y se evacuó a los visitantes para preservar las pruebas. No hubo heridos.

Según detalló el diario Le Figaro, los asaltantes —cuatro en total— llegaron en dos scooters de alta cilindrada y un camión equipado con un montacargas. Utilizando esta maquinaria, lograron acceder directamente a una ventana del primer piso, en el ala Denon, donde se encuentra la Galería de Apolo, que alberga los restos de los Diamantes de la Corona francesa.

Una vez dentro, y armados con sierras radiales, reventaron dos vitrinas: una con joyas del Segundo Imperio, y otra con piezas de soberanos del siglo XIX. En total, sustrajeron nueve objetos históricos en apenas siete minutos. Entre las piezas robadas se encontrarían una tiara, un gran broche imperial, un collar con esmeraldas y diamantes, y varios pendientes pertenecientes a figuras como la emperatriz Eugenia de Montijo, Marie-Louise de Austria o Joséphine de Beauharnais.

Una corona caída y pistas dispersas

Poco después del robo, agentes de policía hallaron una de las joyas robadas en las inmediaciones del museo: la corona de la emperatriz Eugenia, rota y abandonada en plena huida. Según la descripción publicada por Libération, esta pieza estaba formada por más de 1.300 diamantes y 56 esmeraldas montadas sobre oro amarillo. Las autoridades consideran que su caída fue accidental y no descartan que otras piezas pudieran haber sido ocultadas o extraviadas durante la fuga.

También se ha localizado uno de los scooters utilizados, lo que podría ofrecer nuevas pistas a los investigadores. Por el momento, la Fiscalía de París ha abierto una investigación por robo en banda organizada y asociación criminal, que está siendo liderada por la Brigada de Represión del Banditismo (BRB) con el apoyo de la Oficina Central para la Lucha contra el Tráfico de Bienes Culturales (OCBC).

Corona de la emperatriz Eugenia, diseñada por Alexandre-Gabriel Lemonnier en 1855, presentada junto a su estuche original
Corona de la emperatriz Eugenia diseñada por Alexandre Gabriel Lemonnier en 1855 presentada junto a su estuche original

En declaraciones a France Inter, el ministro del Interior ha calificado el asalto como «extremadamente profesional» y ha asegurado que la tasa de resolución de este tipo de delitos supera el 50%. Aun así, por el momento no se han producido detenciones, y se desconoce el destino del resto del botín.

La Galería de Apolo, construida originalmente bajo Luis XIV y decorada por artistas como Charles Le Brun y Eugène Delacroix, es una de las salas más emblemáticas del Louvre. Allí se exponen las joyas imperiales recuperadas por el Estado tras su venta parcial en 1887. El asalto ha puesto en jaque uno de los espacios considerados hasta ahora como “inviolables” dentro del circuito museístico europeo.

Tal y como apunta El País, la selección de piezas sustraídas demuestra que los ladrones sabían exactamente qué buscar: evitaron la vitrina donde se exhibe “Le Régent”, el legendario diamante de 140 quilates que perteneció a Luis XV y que está considerado el más valioso del museo. Esta omisión hace pensar que no buscaban el mayor valor monetario, sino piezas específicas y fácilmente transportables que pudieran circular en el mercado clandestino sin ser reconocidas de inmediato.

Francia, en alerta ante una ola de robos patrimoniales

Este robo se suma a una preocupante sucesión de asaltos a museos y colecciones francesas en el último año. Solo en 2024, el Museo Cognacq-Jay fue víctima de un ataque similar, en el que se sustrajeron tabatières del siglo XVIII prestadas por el Louvre y otras colecciones internacionales. De aquellas piezas, cinco han sido recuperadas hace solo unos días.

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Otros museos como el Adrien Dubouché de Limoges o el Hiéron de Paray-le-Monial también han sido blanco de ataques, lo que ha llevado al gobierno a admitir una gran vulnerabilidad en el sistema de seguridad del patrimonio nacional.

En palabras de Dati, recogidas por TF1, “los museos se han convertido en objetivos para el crimen organizado”, y la necesidad de adaptar sus estructuras a nuevas amenazas se ha convertido en una prioridad nacional. La ministra también ha señalado que el Louvre había solicitado una auditoría de seguridad hace dos años, sin que hasta ahora se hubieran implementado reformas de peso.

Plato con decoración azul y blanca que representa al 'Baizi', una criatura mítica de la tradición china, sustraído del Museo Nacional Adrien Dubouché de Limoges. La pieza data de mediados del siglo XIV, durante la dinastía Yuan
Plato con decoración azul y blanca que representa al Baizi una criatura mítica de la tradición china sustraído del Museo Nacional Adrien Dubouché de Limoges La pieza data de mediados del siglo XIV durante la dinastía Yuan

¿Y ahora qué?

El Louvre permanecerá cerrado durante al menos 24 horas, mientras continúan los trabajos de la policía científica y se lleva a cabo un nuevo recuento de seguridad. No se descarta que el museo refuerce sus sistemas de vigilancia de forma inmediata, ni que se revisen los protocolos de acceso y apertura al público.

El caso ha provocado ya reacciones políticas de todos los colores. Desde sectores conservadores se acusa al gobierno de no haber actuado a tiempo en la modernización de la seguridad museística. Mientras tanto, los ciudadanos franceses —y amantes del arte en todo el mundo— observan con consternación cómo uno de los templos más sagrados de la historia cultural europea ha sido vulnerado.

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